La civeta: El papel de este animal que huele a excremento en la elaboración de perfumes
En COPE Cool hablamos con Cristina de Catalina, directora de Desarrollo de la Academia del Perfume de cómo huele un cuadro con motivo de una exposición en el museo de El Prado
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El Museo del Prado propone por primera vez, con la colaboración de la Academia del Perfume, una relación olfativa con la pintura. Una fusión arte y perfume. La exposición "La esencia de un cuadro" que ha despertado gran expectación y que permite al espectador adentrarse en un cuadro a través de la vista y el olfato.
La obra elegida, no puede ser más adecuada para esta experiencia hasta ahora insólita: "El olfato", de Jan Brueguel el Viejo , incluído en "Los 5 sentidos", un claro ejemplo de la gran técnica del pintor que, habitualmente, pasa desapercibida por su mediano formato.
"Un cuadro lleno de elementos visuales olfativos", explica en el podcast de tendencias COPE COOL Cristina de Catalina, directora de Desarrollo de la Academia del Perfume. "Cuando empezamos a trabajar en ello, con los comisarios de la Exposición, Alejandro Vergara, Jefe de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del Museo Nacional del Prado y Gregorio Sola, Maestro Perfumista y Académico de la Academia del Perfume, una de las dificultades mayores fue cómo seleccionar esos elementos significativos del olor representados, ya que observando el cuadro íbamos descubriendo más y más y era una tarea complicada". Para identificarlos, advierte "contamos con el asesoramiento de la científica e investigadora del CSIC, Carmen Martínez y de las más de 80 especies botánicas que hay en el cuadro, centrarnos en las más representativas".
Así, Gregorio Sola creó 10 fragancias relacionadas con los elementos presentes en la pintura. "La primera es Alegoría, que tiene un protagonismo especial, que es una combinación de tres inspirada en el ramillete de rosas, jazmines y claveles que tiene la figura alegórica central del cuadro".
También pueden olerse el narciso, la rosa, la flor de naranjo, el nardo, "y el que se puede sentir a la sombra de una higuera una tarde de verano". Pero también hay en el cuadro otros elementos no botánicos, como "unos guantes que, en aquella época, se perfumaban para disimular el olor del cuero, un taller de alquimia con objetos de destilación, alambiques, matraces, frascos y un brasero, en el que se quemarían resina"
Especial curiosidad y atención está despertando el olor de la civeta, un elemento animal que sorprende y no precisamente por agradable. Pero indispensable. "Es un fijador muy potente. Hoy día se reproduce por moléculas de síntesis, no directamente del animal y no como olor puro sino combinado con otros elementos, maderas, resinas. En el siglo XVII, se utilizaba para conseguir la fijación. De hecho, hay perfumes muy agradables, pero muy volátiles y se necesita de esos elementos para conseguir fijación".
Es una exposición que, además de placentera, es didáctica, interactiva, en la que se unen arte, olfato y también la tecnología, que es la que permite oler los elementos, mediante los cuatro difusores táctiles disponibles en la sala.
Como un paseo por un jardín palaciego del siglo XVII.