MADRID, 25/03/18
Fortes corta la primera oreja del año en Las Ventas
El diestro malagueño paseó un trofeo del mejor encierro de Victorino Martín este Domingo de Ramos.
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Alegró ver a casi 15.000 espectadores en los escaños de la plaza de toros de Las Ventas en su primer festejo del año. Muchos jóvenes además, al reclamo de la ganadería de Victorino Martín. Y también alegró que el más joven del cartel, Saúl Jiménez Fortes, se reivindicara ante la Cátedra, dejando ver que el asentamiento que ya apuntó el año pasado, ha ganado esta temporada en poso. Su zurda siempre estuvo ahí, pero este Domingo de Ramos en Madrid se pudo ver en plenitud. Un paso al frente en toda regla de Fortes.
Traía cara de listo el tercer ‘victorino’ con su hocico de rata y ese flequillo revuelto sobre el testuz. Fortes lo recibió con un ramillete de verónicas con la pierna flexionada intentando abrirle los caminos. Hasta tres veces acudió al caballo el toro. Prontitud en el cite y alegría en el galope. Después de un gran tercio de banderillas protagonizado por José Antonio Carretero, el de Victorino rompió a embestir con nobleza, clase y humillación en la muleta. Tardó algo en acoplarse el torero malagueño y también molestó el viento. En redondo todo fluyó con demasiados altibajos. A un buen muletazo le sucedía otro más tropezado. Faltaba una tanda rotunda. Y esa llegó al natural, por donde el toro se deslizó con más largura aún que por el pitón derecho. Hasta se llegó a relajar Fortes en una serie de gran compás y armonía en las formas. Un final por bajo y una estocada desprendida dio paso a una petición de oreja que el palco consideró mayoritaria. El primer trofeo de la temporada en Las Ventas se lo anotaba con fuerza Saúl Jiménez Fortes.
Fortes vio salir al negro sexto con la Puerta Grande entreabierta. Otras hechuras y otra tipología en la conformación del toro de Victorino, que derribó con riñones en el primer encuentro con el piquero. También empujó en el segundo. El malagueño lo había visto pronto. El pitón bueno era el izquierdo y por ahí, sin probaturas, comenzó la faena. La clave era llevarle muy tapado, que no se distrajera el toro con nada. Lo llevó cosido en varias tandas al natural que fueron creciendo en intensidad y trazo. Siempre buscando el pitón contrario, sin aliviarse nada, y manteniendo constantemente a los tendidos metidos en su quehacer. Pero la espada no quiso entrar esta vez. La Puerta Grande quedó cerrada, pero la tuvo en su mano Fortes. Madrid le esperará con ganas de nuevo esta primavera.