Una vecina afectada por los robos en un paraje de Yecla: “Las bandas controlan nuestros movimientos. Da rabia”
Los 500 vecinos de la zona han formado patrullas ciudadanas
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La preocupación es creciente entre los vecinos del paraje de Lentiscar, en la localidad murciana de Yecla. Desde hace dos años, se dispararon los robos en las viviendas en las que habitan unas 500 personas. Se tratan de bandas organizadas, todo parece indicar que de origen ucraniana y marroquí. Su “modus operandi” consiste en reventar las vallas metálicas para luego forzar la puerta del inmueble y acceder a ella. Una de las vecinas afectadas, Paqui, asegura que las bandas vigilan de cerca cada uno de los movimientos de los residentes: “La sensación es de rabia e impotencia. Controlan el momento en el que entramos y salimos de casa. Y lo peor es que la ley no nos ampara, porque la mercancía que roban la venden rápidamente, y nunca les pillan con las manos en la masa.”
La última oleada importante de robos tuvo lugar en los últimos carnavales: “Aprovechan que la gente salía para divertirse, y en media hora lo desvalijan todo. Llegas a casa y te encuentras con ventanas rotas y la casa hecha un desastre. Lo tienen todo medido. Esto hace que pases varios días con miedo y planteándote marcharte de aquí. Pero hemos decidido que no nos vamos a marchar. Vamos a seguir luchando”, asegura Paqui.
Buena parte de los atracos cometidos se producen en segundas residencias, generalmente propiedad de extranjeros que tan solo habitan en el paraje en los meses de verano: “Esto hace que los ladrones campen en esos inmuebles a sus anchas. Pero también roban en casas habitadas todo el año. A mi me robaron hace dos. Volvíamos de trabajar, y cuando llegamos estaba la casa desvalijada, lo que demuestra que nos vigilan de cerca.”
En casa de Paqui robaron objetos electrónicos, ordenadores, la televisión u objetos de gran valor sentimental para la afectada: “Mi madre había fallecido recientemente, y se llevaron las joyas que tenía guardadas. Cuando regresé a casa vi los cajones removidos, la ropa por el suelo...”
Pero lo peor llega a la hora de denunciar los hechos. Y es que el cuartel de la Guardia Civil del paraje abre tan solo dos veces a la semana: “Faltan muchos efectivos. Una vez que conseguí denunciar, me comentaron que no podían hacer nada, ya que el oro estaría ya fundido y los aparatos electrónicos vendidos. Es desesperante.”
Ante la creciente inseguridad, los vecinos decidieron ponerse en pie de guerra. Crearon un grupo de Whassap para hacer piña. Los resultados son satisfactorios, tal y como comenta la vecina: “Actuamos rápido. De manera que si un vecino nos alerta que han entrado en su casa, enseguida se desplazan veinte coches al lugar. Estamos todos pendientes.”
La alerta está activada las 24 horas del día: “Cuando vemos algún movimiento extraño, como un coche parado y que no es de la zona, cogemos la matrícula y se la enviamos a la policía. En caso de que se produzca algún atraco, los agentes tienen en cuenta este dato.”
En cualquier caso, los vecinos del paraje de Lentiscar reclaman a las autoridades mayor presencia policial, así como la instalación de vídeo-cámaras. Y es que la preocupación no cesa.