Fernando Echeverría: “De no haber trabajado en la radio, sería piloto de Iberia”
El miembro del Grupo Risa ha pasado por los micrófonos de 'Imparables'
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Es el hombre de las mil voces. Algunos incluso han llegado a pensar que José María García había vuelto a la radio, o que el propio José Ramón de la Morena había fichado por COPE. Pero no os dejéis engañar. Es un impostor, aunque lo cierto es que lo clava. Tiene un oído muy fino, algo propio de las personas invidentes. Es Fernando Echeverría, miembro del Grupo Risa. Desde hace casi tres décadas, nos alegra el día junto a Miner y a Óscar Blanco.
Mientras prepara sus próximas intervenciones en 'Herrera en COPE', 'El Partidazo' o 'La noche del Grupo Risa', nos ha hecho un hueco para atender al equipo de 'Imparables' para conocer su lado humano, cómo ha logrado superar los obstáculos que le ha ido presentando la vida y, por qué no, para echarnos unas risas junto a él.
Fernando, ¿eres tan feliz como parece?
Bueno, yo soy razonablemente feliz, pero sin presumir tampoco. Dentro de lo que se pueda, para aburrirnos tampoco estamos. Nosotros empezamos en la sección de deportes de esta casa, en la parte final del programa. Más que nada, porque si hubiéramos sido el principio, hubiéramos destrozado el resto.
Vamos a poner en antecedentes al personal. Fernando es invidente. ¿Es de nacimiento?
No, esto fue a los nueve meses de nacer. Tuve un retinoblastoma, esto es básicamente un tumor, en un periodo de tiempo muy corto. Mis padres tuvieron que decidir entre quedarme como me he quedado, que no veo ni “Pamplona”, o Palmolive” osea, irme al otro barrio. Mis padres afortunadamente decidieron optar por el primer camino, hecho que agradeceré eternamente.
Nadie echa de menos lo que nunca ha tenido, en tu caso visión. La infancia fue feliz y tuviste el apoyo de tu entorno pero... ¿cómo fue adaptarte a las distintas etapas, sobre todo a la de la niñez?
Todo hay que situarlo en su contexto, las cosas no son como ahora. En los setenta, cuando a mi me tocó ser infante, los niños ciegos debían estar bajo la tutela de la ONCE, en los distintos colegios internados que tenían, uno en Lugo, otro en Alicante... Pero surgió la rebelión y la quinta columna, encabezada por mi madre, con la creación de una asociación de padres de hijos ciegos.
Yo me convertí en el primer niño ciego que cursó en un colegio “normal”. Era el colegio de mi hermano, porque mis padres no entendían que me separare de ellos para ingresar en un internado, con el riesgo que ello conlleva. El problema es que los profesores no tenían ni idea de educar a un niño ciego, pero el director del colegio Montearagón de Zaragoza, nos animó a lanzarnos y que sea lo que Dios quiera, y aquí estamos.
¿Y cómo fue esa adaptación?
Hombre, en aquella época mis padres tuvieron que construir desde cero aquella asociación junto a otros padres de hijos no videntes. Tuvimos que luchar mucho para dotarnos de los medios necesarios para estudiar. Se construyó un centro donde nosotros recibíamos el material en braille, y donde también se instruía a los profesores para adaptarse a nuestras necesidades. Entre todos fuimos haciendo camino y construyendo ese futuro.
¿Cómo fue el trato con los compañeros?
Para mi siempre ha sido normal, yo en realidad no he estado rodeado de otros ciegos, yo iba a mi clase, como puede ser una clase convencional de ahora.
Fernando fuiste creciendo, del colegio al instituto... y prácticamente de ahí a la radio. ¿Cómo fueron los inicios en el medio?
Yo creo que la radio llega a mí antes de nacer. Desde que tenía dos o tres años ya estaba escuchando la radio. Yo pillaba cualquier transistor que andaba por casa. De hecho, mis recuerdos radiofónicos se retrotraen a cuando yo tenía tres o cuatro años. Te estoy hablando de ese Carrusel Deportivo de Vicente Marco y Joaquín Prat l cuando José María García daba el partido de la jornada. Es decir, siempre he estado muy muy unido a la radio.
Oye Fernando, te ganas la vida como humorista, especialmente como imitador. Supongo que tu ceguera hace que afines más el oído pero, ¿es paradójico que no haya apenas imitadores invidentes en la primera plana?
Pues no lo sé, supongo que no habrá, digamos que no somos humoristas en el sentido que lo pueda ser Carlos Latre o Leo Harlem. Es gente que viene de las tablas y hacen colaboraciones en la radio. Nosotros somos gente de radio que por azares del destino estamos aquí. No conozco a ninguno, pero bien podría haberlo.
La gama de tus “víctimas” es variada. ¿García es tu preferido?
García tiene una ventaja, porque es de los primeros que empecé a imitar. Yo me acuerdo que García hacía el programa en la Cadena SER, antes de Antena 3 Radio, y yo tenía la curiosidad al día siguiente de buscar en el diccionario las palabras que decía. García no pasa inadvertido para nadie. Ni pasaba antes ni ahora, que hace 17 años que dejó la radio. En las fiestas del colegio siempre imitaba a García. Son 37 años imitando a García. La imitación no es buena solo con la voz, la imitación es buena cuando te metes en el personaje.
Imitas a García, a José Ramón de la Morena, a Manolete... ¿sabes lo que piensan ellos de tus imitaciones, les gusta?
Sí, las imitaciones las construimos desde el cariño. Yo con García, por ejemplo, me llevaba muy bien en los años 90. Un día fui a verle al programa que hacía desde Zaragoza, y me hizo cerrar el programa. Y me ha sacado varias veces en conferencias, sin saber que yo estaba invitado, hasta que me veía y me sacaba a imitarle.
Jesús Gil, era un personaje absolutamente particular, personal e intransferible, y en el fútbol se ha perdido entretenimiento, cuando antes teníamos a un Jesús Gil, Clemente, David Vidal, Mendoza... Yo estaba estudiando en el colegio mayor de Pamplona, y vino el Atletico de Madrid a jugar a Pamplona en el Sadar, y no sé como me las ingenié que traje a Jesús Gil al Colegio Mayor. Yo en la radio le imitaba, y en el acto del coloquio también lo hice. Al concluir, Gil me pidió que al día siguiente subiera en el autobús de los jugadores. Y desde entonces mantuvimos buena relación.
¿Algún personaje que te salga muy bien y que aún no lo hayas mostrado?
No creo, yo no me reprimo, si tengo una buena bala en la recámara, la disparo enseguida. Cuando tu tienes un personaje bueno le quieres dar rienda suelta.
¿Cómo se prepara un personaje para imitarlo?
Pues reconozco que no soy nada científico. Muchos personajes salen cuando estas con unos amigos en una noche de juerga. Hay compañeros que tienen una técnica más depurada, se fijan en los bajos o los agudos del personaje, en todas las inflexiones... lo mío es más un don que técnica.
¿El oído es el sentido más desarrollado de Fernando?
Pues un poco desarrollado debe estar. Dicen que sí, pero no puedo calibrarlo a mí mismo, me gano la vida en la radio, soy aporreador de pianos... si juntas todo, algo de oído tengo.
¿Si la radio no hubiera salido bien, a qué te hubieras dedicado?
A piloto de Iberia seguramente. Es coña hombre. No sé. Es que la radio se cruzó en mi camino muy pronto. Recuerdo que tenía una tía que me decía que iba a ser abogado porque me gustaban las leyes. Pero no, estaba predestinado a la radio. Lo que quería ser de mayor lo he acabado haciendo.
Gracias Fernando.
Gracias a vosotros y a seguir adelante descubriendo a más gente imparable, que seguro merece más la pena que yo, para conocer sus historias.