¿Cuál es el mensaje actual del Apocalipsis, el último libro de la Biblia?
El periodista y sacerdote Josetxo Vera nos habla en 'Siempre aprendiendo' de las Cartas de San Juan y del último libro de la Biblia, el Apocalipsis
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Decíamos que había un grupo de 7 cartas apostólicas del Nuevo Testamento donde se integraban las 3 cartas de San Juan. Entre ellas son muy distintas: la primera es de un tipo menos epistolar, la segunda parece se dirige a una Iglesia concreta y la tercera a una persona.
La primera parece que tiene distintas autorías y, sin embargo, es muy fuerte por su contenido centrado en el amor. Parece una reflexión profunda yendo a lo esencial de la vida cristiana que se basa en el amor. Empieza por el Dios Padre con un amor que se hace presente y que se prolonga en la experiencia de los cristianos y de esa comunidad que escucha la Palabra de Dios. Las otras dos cartas son escritas por una circunstancia concreta y se puede apreciar el mismo estilo. Son cartas muy breves y las dos se hacen eco de la primera carta de San Juan. La segunda está dirigida a una Iglesia y se preocupa de los falsos maestros y la tercera está dirigida a un tal Cayo y se preocupa por un cristiano, Diótrefes, que no lleva una vida coherente con el Evangelio.
El otro libro del que queremos hablar es el libro del Apocalipsis, el libro de la Revelación. Es más un género literario que se escribe a finales del siglo I. La apocalíptica es un género literario que, en la antigüedad, es propio de los judíos y el libro intenta desvelar el final, hacer visible lo que está oculto. La profecía denuncia las cosas que el pueblo está haciendo mal, su presente, y eso está causando la persecución, la tiranía y la opresión. Sin embargo, en el Apocalipsis lo que le ocurre al pueblo es que está siendo oprimido no por su pecado, sino por ser fieles a Dios.
En el Apocalipsis se señala que la esperanza y la salvación están en el final de la historia, en la vida eterna. Nos encaminamos hacia un final absoluto en el que resplandecerá la victoria de Jesucristo y vendrá la paz definitiva para todos los pueblos. Así como la profecía es un género hablado, el Apocalipsis es un género para ser escrito.
El libro recurre muchísimo a los sueños, a las visiones y tiene todo un sistema de imágenes, de signos que están ocultos y que no son fáciles de entender. El cuerno significa el poder, los cabellos blancos nos hablan de la eternidad, el rojo habla de violencia y de martirio, el siete es la perfección etc.. Un millón de pequeños signos que hacen interesante este libro y, al mismo tiempo, difícil de entender. En el Apocalipsis los elementos proféticos y los apocalípticos que se dan en el Antiguo Testamento se dan conjuntamente.
El Apocalipsis tiene una parte de género epistolar con siete cartas dirigidas a las siete Iglesias de Asia y va denunciando las cosas que tienen que mejorar. Es un libro destinado a ser leído en el marco de la Celebración Litúrgica y por eso muchas de sus palabras tienen un profundo sentido litúrgico. Hablaríamos de tres mensajes que tiene el Apocalipsis: uno referido a Jesucristo, otro a la Iglesia y el último al final de los tiempos. Hay dos descripciones simbólicas de Jesús: la primera como el Hijo del Hombre y la segunda es la que describe a Jesús en combate contra el Mal.
Hablando de la Iglesia nos habla del pueblo de Dios que, en este libro, tiene un sentido de Iglesia que triunfa, que lucha por ser fiel y que está ligada a Jesucristo de una forma permanente. Es la esposa de Cristo, es una ciudad construida sobre los apóstoles, es la madre siempre fecunda cuyos hijos son amenazados. Una Iglesia que aguarda su total purificación. El tercer mensaje nos habla del final de los tiempos. Antes de todo nos habla de la plenitud de los tiempos, el tiempo en el que vivimos, donde la Iglesia se extiende por todo el mundo hasta la segunda venida de Jesucristo.
El Apocalipsis fue escrito entre los años 90-100 y responde a un momento de la historia en el que el cristianismo ha crecido tanto por los lugares del mundo y la persecución del Imperio Romano ya va llegando. Muchos dejaban el Evangelio por miedo y, como reacción, este libro del Apocalipsis invita a reconocer en Jesús al único Señor, el verdadero Todopoderoso. Es una palabra esperanzadora también para este tiempo que vivimos ahora, donde la vida cristiana no es tanto perseguida sutilmente, sino perseguida por nuestra propia infidelidad, pero también por el entorno en el que vivimos. Nuestra esperanza la tenemos allí delante y en Él confiamos.