La cuenta atrás para el Triduo Sacro con las reflexiones del Papa Francisco en su Carta para la Cuaresma

El periodista y sacerdote Josetxo Vera nos acerca a la Semana Santa con una cuenta atrás muy especial

Josetxo Vera

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En los cohetes que van a la Luna hay un clásico que todos conocemos, la cuenta atrás. Aquí en la Tierra, hoy mismo, comienza la cuenta atrás para el final de la Cuaresma y el comienzo del Triduo Sacro. Estamos en el diez, nueve, ocho… Nos quedan diez días para hacer el esprint final. Vamos a prepararnos y lo vamos a hacer de la mano del Papa.

Vamos a escuchar y estudiar en las ideas que nos ofrece él en su Carta para la Cuaresma. Seguramente muchos la habéis leído para preparar este tiempo especial de la vida de la Iglesia. A mí me gustaría recoger diez ideas claves para estos diez días que faltan de Cuaresma. Así utilizamos uno para cada día que queda, hacemos también nosotros una cuenta atrás.

Diez. La Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, lo que celebramos en el Triduo Santo revela el sentido profundo de la misión de Jesús. Él viene para entregarse, para dar la vida, para volver a conectar al hombre con Dios, para establecer una alianza nueva y definitiva que pasa por el misterio de la cruz. Además de revelar que la cruz es el camino de la Gloria, el Señor nos invita a unirnos a esa redención que ya está realizada, pero que nosotros podemos hacer nuestra.

Este punto es el momento central de la vida del cristiano. La vida humana comenzó con la gran separación de la humanidad de Dios con aquel pecado original y desde entonces Jesucristo, el Padre y el Espíritu Santo ha estado realizando alianzas con el hombre para hacer posible su acercamiento definitivo. En esta cruz y en su pasión, muerte y resurrección, va a tener lugar la alianza definitiva entre Dios y el hombre.

Nueve. Recorriendo el camino cuaresmal recordamos a Jesús que se hizo obediente. Es una buena enseñanza, imitar a la obediencia de Jesús al plan de Dios. Nosotros vivimos para hacer como Jesús el plan de Dios en nuestra vida. Podemos imitar su actitud, la obediencia a la voluntad del Padre. Esto se hace, dice el Papa Francisco en su carta, “renovando nuestra fe, esperanza y caridad”. Por tanto, en este día, viendo la obediencia de Jesucristo reavivemos en nosotros el deseo de obedecer a la voluntad de Dios para nuestra vida.

Octavo punto. Renaceremos en una vida nueva en la noche de la vigilia pascual. Después de esta Cuaresma, la luz de la Resurrección ilumina también nuestro camino de la cuaresma. Como la vacuna de la covid-19 ilumina esta pandemia, el tiempo de la Cuaresma está iluminado por la luz de la Resurrección. No caminamos hacia la oscuridad absoluta, sino hacia la luz definitiva. Por eso en la noche de Pascua renovaremos las promesas de nuestro bautismo. Vivamos, en este octavo punto, iluminados por la luz de la Pascua. No caminamos hacia el final, sino hacia el comienzo.

Séptimo punto. El ayuno, la oración, la limosna son las condiciones y la expresión de nuestra conversión. La vía de la pobreza, de la privación, la mirada y los gestos de amor hacia las personas heridas y el diálogo de hijos con el Padre nos permiten hacer visible una fe sincera, una esperanza viva, una caridad operante. Son como las tres herramientas para este tiempo de Cuaresma. Hagamos uso de ellas.

Sexto punto. Dice el Papa, “la fe nos llama a acoger la verdad y a ser testigos ante Dios y ante los demás”. La vida cristiana no es para nosotros mismos, es para darla y reflejarla. Es verdad que nosotros no somos la luz, pero tenemos que procurar hacerla visible para nuestros hermanos. Acoger y vivir la verdad es centrarse en la Palabra de Dios que escuchamos cada día en el Evangelio.

Quinto punto. Para la fe es buena ayuda el ayuno que nos ayuda a descubrir de nuevo el don de Dios, a ponernos en nuestro sitio y hacernos dueños de nosotros mismos. A veces la soberbia, la envidia, la avaricia, nos hace esclavos de nosotros mismos. Acabamos sometidos y si quieres liberarte recurre al ayuno. Papa Francisco nos dice que ayunar significa “liberar nuestra existencia de todo lo que estorba”. Los comentarios, las críticas, las conversaciones inútiles, las lecturas o programas inútiles… Ayunar nos permite liberarnos de la saturación de las informaciones y buscar la liberación de los productos de consumo.

Cuarto punto. El tiempo de Cuaresma está hecho para esperar, para volver a dirigir la mirada a la paciencia de Dios. Es esperanza en la reconciliación como dice San Pablo que nos invita a cambiar de vida y a tener esperanza de que somos capaces de mejorar nuestra relación con el Señor. Abrir nuestro corazón a la presencia de Dios. El Papa dice que “además de recibir nosotros el perdón, tenemos que ser difusores del perdón de Dios”.

Tercer punto. El tiempo de Cuaresma está hecho para la caridad. Es la expresión más valiosa de nuestra fe, estamos llamados a vivir un amor definitivo y lo hacemos visible ahora con nuestras obras. La caridad expresa muy bien nuestra fe y nuestra esperanza. Nos invita a mostrar atención y compasión pro cada persona, a estar atentos a las necesidades de los demás. La caridad se alegra de ver que el otro crece y mejora. Suscitar vínculos de cooperación y comunión. Así estamos llamados a construir una sociedad del amor. El Papa nos dice que “la caridad puede construir un mundo nuevo”.

Segundo punto. La caridad es un don que da sentido a nuestra vida y gracias a este don consideramos al quien se ve privado de lo necesario como un miembro de esta familia.

Último punto y lo dedicamos a Maria que fue fiel al Señor en toda su vida, al pie de la cruz y en el corazón de la Iglesia.