Las claves para entender la primera teología de la Iglesia: las cartas de San Pablo

El periodista y sacerdote Josetxo Vera nos habla en 'Siempre aprendiendo' de las 14 cartas de San Pablo

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Las claves para entender la primera teología de la Iglesia: las cartas de San Pablo

Josetxo Vera

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Seguimos avanzando en este recorrido que estamos haciendo por los grupos de libros de la Biblia y nos encontramos ahora con las 14 cartas de San Pablo. En buena parte de ellas podemos encontrarnos la primera teología de la Iglesia.

Para hablar de las Cartas de San Pablo lo primero que tenemos que analizar es la vida de su autor. Él es el protagonista de la segunda mitad de los libros de los Hechos de los Apóstoles. En sus mismas cartas hace referencia a su propia vida y tenemos entonces una imagen de este "Apóstol de los Gentiles" bastante real. Pablo nace en Tarso de Cilicia, viene de una familia judía, es fariseo y probablemente sus antepasados proceden de Galilea. Además, es ciudadano romano y este dato condicionará mucho su vida, y también su muerte.

En el libro de los Hechos aparece, en un primer momento, con el nombre de Saulo. Sin embargo, ya a partir del primer viaje empieza a llamarse Pablo. Un dato importante para su biografía, como ya hemos dicho, es que es ciudadano romano desde su nacimiento. Parece ser que a los habitantes de Tarso se le había concedido la ciudadanía romana. Se manejaba bien con el griego popular y al mismo tiempo tiene un trabajo manual, él mismo dice que es “fabricante de tiendas”.

Desde Tarso se traslada a Jerusalén y su formación judía se hará visible en la forma que tiene de expresar después la fe cristiana. Como buen fariseo se siente agredido por el nuevo pueblo de Dios y por tanto se convierta en perseguidor de los cristianos. Este es el momento decisivo de su vida: la conversión de San Pablo se narra tres veces en los Hechos de los Apóstoles y luego él mismo la cuenta también en la carta a los Gálatas.

Pablo ha pedido cartas para ir a Damasco a hacer oficial la persecución a los cristianos y en el camino hacia Damasco cae al suelo, iluminado por Dios, y tiene un encuentro personal con Jesucristo. Aquel es el momento clave de su conversión: pasa de ser un perseguidor a ser un apóstol en la vida de la Iglesia.

En realidad, su persecución tenía cierta lógica interna: él consideraba que los cristianos eran apóstatas, que habían renegado de la ley de Dios y destrozaban la unidad de Dios. Cuando él se convierte comienza a predicar en la sinagoga de Damasco y sorprende por la capacidad que tiene de expresar la fe cristiana. En la misma ciudad de Damasco es perseguido y tiene que volver a Jerusalén.

San Pablo se caracteriza por los tres grandes viajes misioneros. Era, en realidad, el que mejor podía haber sido apóstol entre los judíos. Sin embargo, no fue acogido entre ellos y un día decide irse a predicar entre los gentiles. Allí empezaron sus tres grandes viajes misioneros. En el primero de ellos recorre 1000 km y dura 4 años. El segundo viaje es un recorrido mucho más largo: se mueve por Asia Menor, llega a Atenas y vuelve a Antioquia. Es un viaje que tiene mucho éxito y empieza a dar frutos la vida cristiana. Hay dificultades grandes, pero surgieron comunidades cristianas al que luego San Pablo les escribe sus cartas. Este viaje dura unos tres años. Si en el segundo viaje la base es Corinto, en el tercer viaje es Éfeso.

Después vuelve a Jerusalén, es preso y enviado a Roma para ser juzgado. Liberado en Roma parece que allí tenga lugar el viaje a España. Es muy posible que San Pablo llegó a la península ibérica y en Tarragona tiene el lugar donde el apóstol puso su pie. Volvió después a Roma y es allí donde es decapitado.

La actividad de San Pablo fue fundamentalmente hablando pero también hizo uso de la escritura, especialmente enviaba cartas a las comunidades que iba fundando. Eran siempre cartas relacionadas con algún problema que estaban teniendo las comunidades y se le atribuye 14 cartas que abordan siempre temáticas generales que puedan ayudar a todas las comunidades. Estas cartas responden a situaciones concretas y a veces también a personas puntuales pero siempre tienen un valor universal. Por eso hoy las leemos como si fueran dirigidas a nosotros.

¿Cuáles son las cartas de San Pablo? Escribe una carta a los Romanos, dos a los Corintios, a los Gálatas, a los Efesios, a los Filipenses, a los Colosenses y dos veces a los Tesalonicenses. Y luego escribe a algunos amigos como Timoteo, Tito y Filemón.

La estructura de las cartas es muy similar: empieza con un saludo que es una acción de gracias y después expone el tema que quiere tratar. Tras el tema viene una exhortación a vivir a lo que él ha dicho. Acaba siempre un saludo a gente concreta y una bendición final. Esos son los 4 puntos que tienen las cartas de San Pablo.

El punto de partida es, siempre, una situación concreta de una comunidad. Por eso no podemos encontrarnos toda la doctrina de Jesucristo, pero si muchos soportes para la doctrina de Jesucristo. ¿De dónde se nutre San Pablo? En primer lugar, de las catequesis de los apóstoles y luego lo que él ha recibido de Dios mismo.

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