GP AUSTRALIA | FÓRMULA 1

Un Sainz de otro planeta conquista la Tercera en Melbourne

En los últimos dos Mundiales solo el madrileño ha conseguido romper el dominio de Red Bull. Verstappen falló y Sainz emergió para ganar en Australia por delante de Leclerc y Norris

Carlos Sainz

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

7 min lectura

Carlos Sainz (Ferrari) ganó este domingo el Gran Premio de Australia, el tercero del Mundial de Fórmula Uno, que se disputó este domingo en el circuito Albert Park de Melbourne, donde firmó, apenas dos semanas después de haber sido operado de urgencia de una apendicitis, una victoria épica: la tercera de su carrera en la categoría reina.

Sainz, de 29 años, ganó de forma brillante una carrera que su compañero, el monegasco Charles Leclerc -que firmó la vuelta rápida-, acabó segundo; y el inglés Lando Norris (McLaren) tercero. El neerlandés Max Verstappen (Red Bull), que sigue liderando el Mundial, abandonó, por una avería de frenos, tras la quinta de las 58 vueltas que se dieron este domingo a la pista australiana; en la que el otro español, el doble campeón mundial asturiano Fernando Alonso (Aston Martin) acabó sexto, justo un puesto por detrás del mexicano Sergio Pérez (Red Bull), aunque fue penalizado con 20 segundos por un incidente con Russell y bajó hasta la octava posición.

"La vida puede ser una auténtica montaña rusa, pero es maravillosa", exclamó el talentoso piloto madrileño nada más bajarse del coche y antes de hacer sonar el himno español en Australia. Resumiendo a la perfección su situación personal. En una temporada que comenzó -después de que Ferrari anunciase que el año que viene prescindirá de sus servicios-, con un gran tercer puesto en Baréin, una semana antes de sufrir el duro contratiempo de una apendicitis que le sobrevino, además, justo antes del viaje más largo del año.

Con enorme resiliencia y rebosando una maestría adquirida tras un constante aprendizaje a lo largo de los años. De esa forma resolvió sus problemas en 'Down Under' un sobresaliente Sainz, que, aunque se aprovechó de la retirada de Verstappen -la primera desde el Gran Premio de la Emilia Romagna de 2022, en Imola (Italia)-, ya había adelantado al súper-depredador neerlandés en pista. Y que, con gran ritmo en carrera, dejó entrever que este domingo hubiese optado al triunfo en cualquiera de los casos.

Carlos Sainz

Carlos Sainz ha ganado el Gran Premio de Australia de Fórmula 1, la tercera prueba de la temporada 2024. EFE.

Ferrari rompe el dominio intratable de Red Bull

Después de que lo hiciese Red Bull en las dos primeras carreras -que Verstappen había ganado, por delante de 'Checo'- fue Sainz el que lideró esta vez un doblete de Ferrari. La escudería más laureada de la historia de la F1. Que a buen seguro se arrepentirá de haber prescindido del madrileño para ofrecerle su volante en 2024 al siete veces coronado inglés Lewis Hamilton -retirado este domingo-, que llegará a Maranello con 40 años.

Leclerc se unió a la fiesta ferrarista con la vuelta rápida en carrera y ahora es segundo en el Mundial, a cuatro puntos de los 51 con los que lidera 'Mad Max'. Con uno de ventaja respecto a 'Checo' y con siete sobre Carlos, que, con una prueba menos, ocupa la cuarta plaza del certamen.

Formula One Australian Grand Prix - Race

Carlos Sainz posa con el trofeo de ganador del GP de Australia de Fórmula 1. EFE.

Sainz, que debutó en la F1 en 2015, a bordo de un Toro Rosso obtuvo su tercera victoria en la categoría reina. Su primer triunfo lo había firmado hace dos años en Silverstone (Inglaterra), sede del Gran Premio de Gran Bretaña. La pasada temporada, el talentoso piloto madrileño fue el único que rompió el tiránico dominio de Red Bull, al anotarse la única de las 22 victorias que no se apuntó durante 2023 la escudería austriaca. Lo hizo en la noche de Marina Bay al ganar el Gran Premio de Singapur.

Verstappen se retira por fallos en los frenos

Verstappen había firmado el sábado su trigésima quinta 'pole' en la F1, la tercera en las tres primeras pruebas del año; y afrontaba la carrera desde el primer puesto de la parrilla, en una primera fila completada por Sainz. En una pista con cuatro zonas de DRS en la que había que alcanzar un compromiso entre la alta velocidad en recta con el necesario agarre en muchas de sus 14 curvas; y en la que estaba claro que la gestión de la degradación de los neumáticos iba a ser fundamental.

No salió el estadounidense Logan Sargeant, al que su escudería -sin un tercer chásis en Melbourne- invitó a cederle el sábado el Williams al tailandés Alex Albon; que había roto el suyo en los libres del viernes. Y el chino Guanyu Zhou (Kick Sauber) lo hizo desde el 'pit lane'.

En una carrera a dos paradas y que concluyó con un coche de seguridad virtual, la inmensa mayoría optó por salir con neumáticos medios, salvo Alonso, que eligió el duro; y Hamilton, que instaló el blando en su Mercedes. La tradición advertía de que era de esperar algún percance en Melbourne, más aún después de las tres banderas rojas que habían ondeado el año pasado en Albert Park. Pero esta vez no hubo accidentes en la primera curva y la salida fue limpia.

Verstappen salió bien pero no abrió hueco inicialmente y Carlos lo adelantó entre las curvas 6 y 7 en la segunda de las 58 vueltas que se dieron al circuito de la capital de Victoria. Del neumático trasero derecho de 'Mad Max' salía humo, por lo que paró tras la quinta vuelta. Y tuvo que retirarse -a causa de un problema de frenos-; algo que no sucedía desde el Gran Premio de la Emilia Romagna, en Imola (Italia) de 2022. Ése fue el primer 'bombazo' de una carrera que acabaría con la explosión de júbilo de Sainz.

Sainz lidera hasta el final

Carlos comenzó a apretar y Piastri paró a poner duros, con el fin de intentar hacerle un 'undercut' a Leclerc, que hizo lo propio para evitarlo. Y tras la decimocuarta vuelta, Sainz lideraba con casi siete segundos de ventaja sobre Norris, con 'Checo' en tercera posición -a 14- y Alonso cuarto, a 17.

El talentoso piloto madrileño entró en garajes justo después -a poner duros-, cuando se paró el Mercedes de Hamilton y se decretó coche de seguridad virtual. Lo que le vino de perlas a Alonso, que aprovechó para instalar el medio. Carlos puso duros en la 17 y, con la carrera re-ordenada, los dos Ferrari lideraban por delante de los McLaren, con Lando en cuarta posición, por delante de Alonso y de 'Checo', que había dado cuenta de Russell.

En la trigésima, Sainz apretaba a tope y mejoraba en seis segundos y medio a su compañero y en nueve a Norris; con Piastri rodando cuarto, por delante de Pérez, que había superado a Fernando, 'pegado' como una lapa, de forma muy inteligente, al DRS del mexicano.

Sainz puso el neumático duro en la 42, regresando a pista con casi seis segundos de ventaja sobre su compañero, anunciando que sólo una auténtica desgracia impediría su triunfo. Alonso lo hizo un giro más tarde y Russell lo hizo a falta de 12 vueltas para el final: en las que se jugaron el sexto puesto, que cayó del lado del asturiano, después de que el inglés se accidentase en la sexta curva de la última vuelta; de una carrera que acabó con el 'virtual safety car'. Y no con la bandera roja que reclamaba el inglés cuando estaba aún dentro del 'cockpit', atravesado en mitad de la pista. Este incidente le costó al español una sanción de 20 segundos y caer dos posiciones en la clasificación.

A pesar del desgaste final de sus neumáticos, Sainz volvió a entonar el 'Smooth Operator' de Sade con el que festeja sus grandes momentos en la F1. Eso, antes de recibir abrazos y felicitaciones de su muy emocionado padre, el 'Matador'; de su primo y representante, 'Caco'; y de su novia, Rebeca, presentes este fin de semana en Albert Park. Atrás quedaban dos duras semanas de incertidumbres y con largas sesiones con el fisioterapeuta y en la cámara hiperbárica.

Carlos, nombrado 'Piloto del Día', se permitió incluso bromear, recomendando al resto de los pilotos "que se quiten el apéndice", algo que equiparó a la garantía de éxito. Antes de escuchar la Marcha Real, el himno español, desde el puesto más importante del podio final de Melbourne. En el muy ilustre Albert Park.