TIEMPO DE ANÁLISIS
Tomás Guasch hace estallar el 'cagómetro' antes de la final de Eurocopa: "Desde el 66"
La Selección española ha llegado a la quinta final de Eurocopa de su historia y jugará contra Inglaterra el domingo. Los ingleses son peligrosos a pesar de no estar jugando bien.
Tomás Guasch y las calles de Inglaterra
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La Selección española está a un paso de hacer historia y convertirse en el único país del continente europeo con cuatro títulos de Eurocopa. Sin ir muy lejos, en el año 2004, España había levantado únicamente un trofeo. Veinte años más tarde y cinco Eurocopas después, España puede tener cuatro. Esto supondría que de las cinco últimas ediciones del campeonato, nuestra Selección podría ganar tres, un dato que indica el crecimiento del fútbol español en el siglo XXI.
Los jugadores de la selección española durante un entrenamiento | EFE
Pero este crecimiento choca frontalmente con la situación que vive la Selección de Inglaterra. Los 'eternos candidatos' no han ganado ninguna Eurocopa en toda su historia y no levantan un título desde el año 1966, temporada en la que se proclamaron campeones del mundo contra Alemania. Inglaterra siempre está entre las favoritas para ganar cualquier competición, pero lo cierto es que a la hora de la verdad, se diluyen como un terrón de azúcar dentro de una copa de té. En la anterior Eurocopa (2020), Italia arrebató la posibilidad a Inglaterra de levantar por primera vez en su historia este título y esperemos que España lo vuelva a hacer este domingo en Berlín.
¿Cómo llega Inglaterra a la final?
Los pupilos de Southgate han sorprendido a todo el mundo del fútbol y precisamente no para bien. Con un elenco de jugadores 'top mundiales', Inglaterra ha sido una de las grandes decepciones del torneo a pesar de estar en la final. Su juego no ha convencido ni a los propios ingleses y han sido blanco de multitud de críticas, de hecho, los propios jugadores han salido en los medios de comunicación pidiendo apoyo al equipo. El último en alzar la voz fue Bellingham.
En la portería, Pickford se ha alzado como el titular e indiscutible para su entrenador. Su campeonato está siendo realmente bueno y es de los pocos jugadores que han dado la cara en los momentos importantes. La línea defensiva, formada por Stones, Walker y Guéhi, ha demostrado ser dura de traspasar, pero no está exenta de fallos aprovechables para los atacantes españoles. Esta línea defensiva se complementa con dos carrileros en el que el carril izquierdo es el más sacrificado defensivamente (Trippier o Shaw) y el derecho el más centrado en atacar (Saka).
Jugadores de Inglaterra celebrando el pase a la final | EFE
En el centro del campo, Inglaterra sale con un doble pivote formado por Mainoo y Rice. El jugador del Arsenal (Rice) es el jugador con más libertad para subir y bajar el balón controlado. Bellingham y Foden completan el centro del campo, aunque sus posiciones están bastante más adelantadas. Y en la punta del ataque, el capitán Harry Kane. Con este sistema, el jugador que más condicionado se ha visto ha sido Foden. El mediapunta del Manchester City ha sido unos de los mejores esta temporada en el conjunto de Guardiola, pero su papel en la Selección está dejando mucho que desear. Su condición de tener que arrancar desde la banda derecha le priva de la libertad necesaria para crear y generar juego desde cualquier zona del ataque.
El miedo de Tomás Guasch: "Me mosquea que han palmado toda la vida"
El tertuliano de Tiempo de Juego y El Partidazo ha dejado claro que no le gusta una final contra Inglaterra. Lo que más le preocupa a Tomás de esta Selección es que hace mucho que los ingleses no ganan un título y como le dijeron Cruyff o Menotti al propio periodista: "Cuanto más tiempo estás sin ganar es cuando más cerca estás de hacerlo".
Los ingleses llevan sin ganar un título desde el año 66 y España tiene la opción de que continúe así. Tomás también ha querido dejar muy claro que ve a España como la gran favorita: "De diez partidos ganamos nueve", ha asegurado en Tiempo de Análisis. Pero ese análisis está acompañado del miedo habitual que existe antes de una final: "No hay que fiarse ni de su sombra".