Un aficionado baja de la grada al campo para ejercer de cuarto árbitro y su equipo acaba ganando

El fútbol no deja de sorprendernos y crear historias surrealistas por allí donde se juega. En el partido de la FA Cup que enfrentó el pasado martes a Wolves y Brentford, un aficionado tuvo que 'abandonar' a su hijo en la grada para permitir que el partido siguiera su curso.

Ross Bennett, que acudió al choque con su hijo de 11 años, se ofreció voluntario para cubrir el puesto de cuarto árbitro en el área técnica, después de que uno de los colegiados se lesionara antes de finalizar el tiempo reglamentario.

Bennett, árbitro autorizado en categorías inferiores, afirmó que recibió un “curso intensivo” para el correcto funcionamiento de la pizarra electrónica que anuncia las sustituciones y el tiempo de añadido. El estadio y el propio personal del Brentford, equipo visitante, se quedaron perplejo ante esta situación. Lo que Bennett no sabía era que su presencia en el césped serviría de talismán para conseguir la victoria de su equipo en el propio descuento, y es aquí cuando llega uno de los momentos más complicados en la vida de Ross como aficionado de los Wolves.

El aficionado inglés tuvo que resistirse a celebrar el gol de su equipo: “Me sentí muy mal por no poder celebrar nuestro gol”, dijo Bennett en declaraciones a la BBC. “Tenía que mantenerme neutral”, afirmó a la BBC. Además, añadió: “Por dentro estaba gritando y pensaba ‘voy a Hawthorns en menos de dos semanas’”

El gol de Matheus Cunha desde el punto de penalti selló la victoria de los Wolves por 3-2 y le dio el pase a la siguiente ronda y para el esperado duelo contra su rival local, el West Bromwich Albion: “Pensé en que era el único aficionado de los Wolves que no celebró el gol y la clasificación".

“Es algo que ocurre una vez en la vida y nunca volverá a repetirse. Todavía me parece irreal que haya ocurrido", concluyó Ross Bennett.