TOUR | 8ª ETAPA
Biniam Girmay repite triunfo de etapa; Pogacar mantiene el amarillo en la general sin cambios
Girmay se alzó con su segunda victoria, al imponerse al belga Jakob Philipsen en un cerrado 'sprint'. El pelotón entró agrupado en la meta por lo que no hubo cambios en la general
Madrid - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
El ciclista eritreo Biniam Girmay (Intermarché-Wanty) ha ganado este sábado al esprint la etapa 8 del Tour de Francia masculino, disputada sobre 183,4 kilómetros entre Semur-en-Auxois y Colombey-les-Deux-Églises, mientras que el esloveno Tadej Pogacar (UAE Team Emirates) ha seguido sin problemas como líder de la clasificación general.
A 14,5 kilómetros de la línea de meta concluyó la gran escapada del día, que había tenido a Jonas Abrahamsen (Uno-X Mobility) como actor protagonista. Portando el maillot de lunares rojos, siendo el líder de la clasificación de la montaña, el noruego había estado 140 kilómetros rodando en solitario y en total 169 kilómetros como fugado.
A 2,7 kilómetros de acabar, hubo un toque en medio del pelotón y un par de corredores salvaron el percance yéndose a la hierba de la parte izquierda, en una recta del recorrido. Tras el susto, se lanzó el esprint definitivo y Biniam Girmay superó 'in extremis' al belga Jasper Philipsen (Alpecin-Deceuninck), con un tiempo acumulado de 4:04:50.
Girmay remata con doblete y arruina a Philipsen
Con el objetivo cumplido, Abrahamsen fue levantando el pie con 50 km aún por delante hasta llegar a otra pequeña localidad, Colombey-les-Deux-Églises, ésta de 700 habitantes y 9 iglesias, y además célebre. Se trata del pueblecito donde el general De Gaulle tenía su residencia de descanso, y donde reposan los restos del estadista fundador de la V República francesa. Un monumento-memorial preside el paisaje con una gran Cruz de Lorena.
Desde ese punto destacaba en lontananza el fugaz colorido del pelotón del Tour, en disposición de ir preparando un más que probable esprint. El Alpecin de Jasper Philipsen y Van der Poel tomaron cartas en el asunto para optar a una victoria que calmara los nervios en el equipo, aún inédito.
Abrahamsen, que llegó a tener un adelantó de casi 7 minutos, se bajó de la nube, exhausto, a 14,5 km de meta. Recorrió los primeros 140 kilómetros a una media de 44,6 km/h, impresionante, pero el pelotón persiguió a su presa sin contemplaciones.
La lluvia que se extendió por la región de Gran Este, los nervios de aproximación y la velocidad superior a los 70 por hora estiró el pelotón hasta el punto de poner en apuros al equipo del líder, que volvió a dejar aislado delante a Pogacar. El aviso no cayó en saco roto. Los UAE entraron en cabeza de carrera para evitar disgustos.
Fase de "estar atentos", era el mensaje que se lanzaba desde los coches de los equipos, conveniente "estar juntos" para responder a mova imientos inesperados. El último km albergaba un par de repechos y se esperaban saltos de última hora.
De nuevo fue un esprint anárquico, sin control por parte de ningún equipo, donde cada uno juega sus cartas a su manera. En esta ocasión, y saliendo desde atrás, Philipsen se lanzó por su estreno, abrío unos metros, pero el repecho cercano a la línea de meta hundió al belga y resaltó la figura de Girmay. Otra voz contundente de la figura del ciclismo africano.
La decimoquinta victoria para Girmay, la cuarta de la temporada para un corredor símbolo de su continente. Aquel hombre que ganó una etapa en el Giro, el día que se dañó un ojo con el corcho de la botella de champán del podio, y el que hizo historia ganando la Gante Wevelgem. Ahora, y de momento, es el mejor esprinter del Tour.
Este domingo se cierra la primera semana del Tour con la novena etapa con salida y llegada en Troyes, de 199 km, la esperada jornada del "sterrato", ya que, como novedad incluye en su atípico recorrido 14 sectores por pistas de tierra que completarán 32 km. El último de ellos a 6 km de meta. Día estresante en la que deberán estar atentos los favoritos. Será una pequeña "Strade Bianche" a la francesa.