JUEGOS OLÍMPICOS

Gana los 200 metros y se pega una rajada cuando le preguntan si puede ser el nuevo rey del atletismo

El botswano Tebogo derrotó a Lyles en los 200 y dio la primera medalla de oro de la historia a su país. Luego, en rueda de prensa, dejó claro que no aspira a ser una estrella.

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El bostwano Letsile Tebogo se proclamó campeón olímpico de 200 metros en el Estadio de Francia, en París, al ganar la final con 19.46, dieciséis centésimas menos que lo que registró el estadounidense Noah Lyles, que fue tercero y no podrá emular con un triplete de oros al jamaicano Usain Bolt.

Cuatro días después de su ajustada victoria en los 100 metros lisos, el estadounidense Noah Lyles afrontó una nueva final con el objetivo de sumar su segundo oro y, con el relevo 4x100 en el horizonte, tratar de emular el triplete de Usain Bolt en Londres 2012 y Río de Janeiro 2016.

El bostwano, que mantuvo un ritmo constante durante toda la carrera sin desfallecer, pese a llevar a su derecha a Lyles acechándole, logró la victoria con un tiempo de 19.46, récord africano, aunque a quince centésimas de su mejor marca personal (19.31). Tebogo, además, también hizo historia al ser el primer atleta de Bostwana en ganar un oro olímpico.

Lyles, que aspiraba al podio y salió a la pista revolucionado, pegando saltos cuando sonó su nombre en la megafonía, tampoco fue segundo. Se tuvo que conformar con el tercer puesto (19.70) debido a que su compatriota, Kenneth Bednarek, le adelantó por solo dos centésimas (19.72). Luego, tras la prueba, se supo que el estadounidense había contraído el coronavirus.

La 'rajada' de Tebogo contra Noah Lyles

Luego en rueda de prensa el botsuano fue preguntado por la posibilidad de convertirse en la gran estrella de este deporte algo que declinó con dardo incluido a Noah Lyles: "No puedo ser la cara del atletismo porque no soy arrogante ni ruidoso como Noah", afirmó ante los medios. un Tebogo que dedicó su oro a su madre Seratiwa, fallecida al pasado mayo. "Creo que ella podría ser una de las personas más felices del planeta porque creyó en mí, y yo tenía muchas dudas sobre mí mismo".