Según informa jornal de Noticias

La policía de Portugal incauta una tonelada de marisco ilegal de un almacén propiedad de Fabio Coentrao

El exmadridista no tenía licencia para vender y le habrían requisado 313 kilos de centollo, langosta y camarón y otros 760 de producto del que no tenía factura.

ASAE/Cordon Press

Fabio Coentrao ha tenido problemas con la justicia lusa.

Redacción Deportes

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Fabio Coentrao colgó las botas en 2021, pero vuelve a estar de actualidad. Y es que según informa el Jornal de Noticias, las autoridades de Portugal han incautado más de una tonelada de marisco en un almacén ilegal que pertenece al exmadridista. Se trataría de una granja de mariscos ubicada en el puerto pesquero de Póvoa de Varzim.

La Autoridad de Seguridad Alimentaria y Económica (ASAE) le habría requisado 313 kilos de centollo, langosta y camarón, ya que el exfutbolista no contaba con licencia para vender. Además, le fueron confiscados otros 760 kilos de producto del que no tenía facturas. Lo incautado podría haber alcanzado un precio en el mercado de más de 16.000 euros. Fábio Coentrão a sus 36 años lleva más de tres años retirado del fútbol y dedicado a la pesca. Tiene una flota de tres barcos.

Se determinó la suspensión total de la actividad de tres establecimientos, por el ejercicio ilegal de la actividad de almacenamiento y posterior comercialización de productos sin las debidas marcas de identificación, incautándose más de 17 toneladas de alimentos diversos y además 313 kg de crustáceos vivos, todos con un valor estimado de más de 68 mil euros”, afirma en un comunicado la ASAE, aclarando que la operación se desarrolló en Póvoa de Varzim, Guimarães y Fafe.

El ex lateral izquierdo del Real Madrid supuestamente comerciaba y vendía marisco vivo al público sin ninguna licencia. En el lugar había 12 tanques con agua de mar llenos de langostas, camarones y centollas. En total serían 1.073 kilos de marisco. De ellos, 760 no tenían factura, fueron incautados y serán devueltos al mar. Los 313 kilos restantes terminaron decomisados por ASAE, porque el establecimiento no contaba con licencias para operar, comercializar y vender pescado de piscifactoría. El género podría ser destruido o donado a comedores sociales si se demuestra que era apto para el consumo humano.

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