EUROLIGA | 31ª JORNADA
El Real Madrid conquista Belgrado; Derrota del Baskonia en Kaunas
El equipo blanco superó al Partizán y cerrará como líder la fase regular (76-88). Los vitorianos perdieron ante el Zalgiris y tiene dos triunfos de ventaja con el décimo (94-76).
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Partizán, 76 - Real Madrid, 88
El Real Madrid venció (76-88) al Partizán este jueves en la jornada 31 de la Euroliga para seguir mirando desde lo alto la apretada lucha por estar en los 'playoffs', muy cómodo en su liderato el equipo blanco para ser cabeza de serie con un récord ya de 25 triunfos en la fase regular.
Los de Chus Mateo dejaron atrás el bache de tres derrotas seguidas en una semana de doble ración y doble triunfo. El cuadro español, que firmó un 25º histórico, un récord que aún agrandará casi con seguridad, rompió el encuentro al final del tercer cuarto con Mario Hezonja (25 puntos) y Facundo Campazzo.
El croata fue el más inspirado de un primer tiempo espeso y mantuvo su acierto en el segundo periodo. Mientras, el argentino despertó tras el descanso, para liderar a un Madrid que volvió a asaltar el Stark Arena con el buen recuerdo de los pasados 'playoffs', el detonante para ser campeones de Europa.
El equipo blanco no las tuvo todas consigo de inicio, fallando mucho pero en igualdad con los serbios (31-33). El Partizán falló sobre todo en el triple y tampoco le sonrió mucho el acierto, con algo más de puntuación en Nunnally y Kaminsky. La batalla siguió igual tras el paso por vestuarios, hasta que Campazzo y Hezonja empezaron un toma y daca que se tradujo en un 0-16.
El Madrid dejó atrás a los locales (54-66), un Partizán que no pudo hacer buena su victoria sobre el Baskonia para pedir sitio en el 'play-in'. Kevin Punter, con 11 puntos seguidos, sacó el orgullo de los de Zeljko Obradovic en el último cuarto, pero los de Mateo, que habían defendido bien hasta entonces, no perdonaron la buena renta para seguir disfrutando sin rival en Europa.
Zalgiris Kaunas, 94 - Baskonia, 76
El Baskonia cayó (94-76) este jueves ante el Zalgiris Kaunas en la jornada 31 de la Euroliga pese al intento de remontada en el tercer cuarto, viendo reducido al mínimo su margen de error para estar en el 'play-in' de acceso a los 'playoffs', con dos derrotas esta semana y una equipo trillado físicamente.
El equipo lituano tuvo más energía que un cuadro vitoriano que dejó una mala primera mitad y no culminó su intento de reacción. Markus Howard resurgió pero no fue suficiente, Tadas Sedekerskis arrastró sus molestias hace dos días contra Partizán y el Baskonia encajó una dura derrota para complicarse su futuro.
Los de Ivanovic, pendientes de nuevo de la enfermería, se complicaron la visita a Kaunas en el primer tiempo. Con un cero de ocho en triples, fallando también mucho en el tiro libre, el Baskonia no tuvo respuesta a un Zalgiris que, sin ser brillante, manejó buenas rentas casi sin oposición.
Los vascos no apretaron en defensa ni tuvieron las ideas claras, pendientes del estado físico de Sedekerskis, quien llegó entre algodones de Belgrado, y Markus Howard. Dos fisguras que dosificó el equipo visitante y que echaron de menos los suyos, sustentados por Costello y, a chispazos, por Miller-McIntyre.
Los lituanos, con fe creciente en una semana redonda para engancharse a lucha por el 'play-in', castigaron menos de lo que pudieron. Con buen rebote ofensivo, Hayes que no falló ni una en el primer tiempo, y la actuación de Evans, Ulanovas y Birutis, el Zalgiris tuvo en su mano el partido (48-32).
Con todo, los de Vitoria demostraron su capacidad de venirse arriba encontrando el acierto, cuatro triples que se repartieron Howard y Marinkovic, en el tercer cuarto, pero el Zalgiris respondió cuando el Baskonia más apretó (52-46). Butkevicius sumó puntos inesperados y Evans engordó sus cifras para mantener la renta local.
Para el último cuarto volvió Sedekerskis y Howard dejó un par de canastas de calidad (75-65), pero de nuevo le faltó encadenar buenas jugadas a los vascos. El Zalgiris volvió a robar balones, en la desesperación visitante que personalizó un Chima Moneke que perdió las gafas tres veces, en tres golpes sin castigo arbitral.