En 'El Espejo'
Phil Andrew, del FBI a la Archidiócesis de Chicago
El cardenal Blaise Cupich, arzobispo de Chicago, ha fichado para el equipo diocesano a un exagente especial del FBI especialista en liberación de rehenes.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En 2017 se produjeron 650 asesinatos y 3.500 heridos por arma de fuego en Chicago. El cardenal Blaise Cupich ha publicado un decreto que prohíbe entrar en las parroquias, en las escuelas católicas y en cualquier estructura diocesana a quien lleve consigo un arma. En realidad es una forma simbólica de oponerse a la reacción compulsiva de comprar armas para protegerse, un círculo vicioso que la diócesis quiere romper.
Para eso, el cardenal ha puesto en marcha una oficina para promover iniciativas para la prevención de la violencia, y su primer responsable es el ex agente especial del FBI Phil Andrew. Él mismo fue víctima de esa violencia cuando tenía 20 años y fue tomado como rehén junto a sus padres por una mujer que se refugió en la casa de la familia tras realizar una matanza en un colegio de Winnetka, en el estado de Illinois.
Laurie Dann, cargada con dos pistolas, trató de convencerlos de que había sufrido un intento de violación y que había disparado contra su agresor, por lo que tenía miedo de que la policía fuera a por ella. Pero la historia comenzó a parecerle inconsistente a la familia, y el joven Phil intentó convencer a la mujer, que los encañonaba, de que soltara el arma. Ella le disparó y Phil resultó herido en el pecho, afectándole a los dos pulmones. Posteriormente, Laurie Dann se suicidó.
Este hecho ha marcado su vida, de modo que cuando entró en el FBI se especializó en estrategias contra la violencia urbana y la gestión de crisis con rehenes. Precisamente por eso ha sido el elegido para esta iniciativa que pretende coordinar iniciativas de prevención de la violencia y de caridad, en los barrios con mayor riesgo, así como lanzar programas que ayuden a romper el círculo vicioso de desesperación, racismo y pobreza que genera violencia.
Como ha dicho el cardenal Cupich, Phil ha experimentado en su propia piel el impacto de esa violencia y ayudará a reforzar una cultura de paz en el área de Chicago.