¿Por qué el grado de veneración de la Virgen es superior al de los santos?
Los santos son ejemplos de vida para los fieles e intercesores de las almas ante Dios. Sin embargo, María recibe un grado especial de veneración
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La Virgen María siempre ha recibido dentro de la Iglesia católica una devoción especial, y no es para menos. Aquella sencilla nazarena que un día recibió la noticia de que iba a ser la Madre de Dios nunca se hubiera imaginado la enorme repercusión que iba a tener a lo largo de toda la historia.
Es por ello que María tiene un trato especial dentro de la Iglesia que a veces puede ser un poco confuso. De hecho, algunas ramas de los hermanos cristianos no católicos piensan que el culto que los católicos dan a la Virgen es del mismo grado que el culto que recibe Dios. Es entonces cuando suele salir la cita siguiente cita bíblica: "No tendrás otros dioses frente a mí. No te fabricarás ídolos, ni figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra, o en el agua debajo de la tierra" (Ex 20, 3-4). En muchos casos, también se trata de aplicar esta norma a los santos.
Sin embargo, los santos no son adorados por los católicos. La adoración es un grado de culto que solamente se le debe a Dios, ya que es el único Santo por sí mismo y, por tanto, único digno de ser adorado. El Catecismo de la Iglesia Católica, en su punto 2097, dice lo siguiente: "Adorar a Dios es reconocer, con respeto y sumisión absolutos, la nada de la criatura, que sólo existe por Dios. Adorar a Dios es alabarlo, exaltarle y humillarse a sí mismo, como hace María en el Magníficat, confesando con gratitud que Él ha hecho grandes cosas y que Su Nombre es santo."
Esto no quita que existan otros grados menores de culto para los santos, ya que ellos son intercesores ante Dios y los ejemplos que han caminado antes que nosotros en el mundo. Por este motivo, los santos reciben veneración, un tipo de culto que reconoce las gracias y bienes de un santo como dones recibidos de Dios y que reconoce en este el ejemplo de una vida santa. Por eso no se le pide a los santos que den favores y gracias como si pudieran darlos por sí mismos, sino que piden su intercesión para que Dios conceda a la persona esas gracias.
¿Qué tipo de culto recibe la Virgen María?
María es Madre de Dios, tal y como le dice Isabel cuando se encuentran: "¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?" (Lc 1, 43). Por supuesto, la maternidad de María sobre Jesús no hace que este obtenga de Ella el carácter divino. Sin embargo, al adquirir una dignidad tan grande, se trata de una santa especial. Es por ello que María no recibe veneración, sino hiperveneración.
La hiperveneración, también denominada hiperdulía, es un grado de veneración más fuerte que va destinado a la que es Madre de Dios y Madre nuestra y que, por lo tanto, puede interceder por las personas de forma más fuerte ante Dios.
Un claro ejemplo de esta intercesión se encuentra en el Evangelio, cuando en las bodas de Caná se acaba el vino. María, al enterarse, acude a Jesús para decírselo: "No tienen vino". A pesar de que Jesús le dice que aún no es su hora, Ella insiste y va a hablar con los jornaleros, diciéndoles: "Haced lo que él os diga". Finalmente, la insistencia de María da sus frutos y Jesús obra el primer milagro de la Revelación.
Aunque Jesús no iba a hacer nada, María, Su Madre, le hace cambiar de opinión. Por este motivo, María es intercesora nuestra ante Dios y, por su intercesión, Corredentora junto a Cristo del género humano.