¿Por qué ha querido el Papa “escaparse” a la “Casa Mateo 25” en Maputo?
La clave está precisamente en el Evangelio de Mateo 25, 31-46: “Tuve hambre y me disteis de comer”
Roma - Publicado el - Actualizado
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Una vez más, la iglesia católica se encuentra al frente de esta iniciativa, coordinada e impulsada por la Nunciatura Apostólica, de la que forman parte unas 20 comunidades religiosas y que se dedica a los más pobres de los pobres que deambulan por las calles de Maputo. Aquellos que no tienen ni comida ni lugar donde dormir.
En cuanto Francisco conoció esta actividad, que se realiza a diario en la calle, no dudó en incluirla entre los destinos de su estancia en Mozambique. Cada día se atiende a un promedio de 70 a 120 personas: niños de la calle, drogadictos, alcohólicos, enfermos, personas sin hogar, expresidiarios, etc.
Alguno de los casos, los más graves, se tratan en la Casa Mateo 25, que no dispone de todas las plazas que serían necesarias para dar cabida a las personas sin techo de Maputo, a quienes se presta servicio en la propia calle. Los misioneros y voluntarios que colaboran con esta iniciativa aseguran que la parte más satisfactoria de este trabajo es el tiempo que dedican a escuchar a las personas sin techo y conocer sus historias para animarlos a recuperar la dignidad perdida.
Francisco inaugurará el próximo jueves las nuevas instalaciones del centro, cedidas por el propio gobierno de Mozambique y podrá conversar con alguno de sus “inquilinos”. La "Casa Mateo 25" no está concebida como un lugar de acogida permanente, sino como un centro de día en el que las personas puedan recuperar fuerzas y curarse si fuera necesario.
Desde la Nunciatura atienden también a un numeroso grupo de familias, a las que se les proporciona comida y productos básicos.