Tres metros de altura y 34 reliquias de santos: así es la Cruz que preside el Congreso Eucarístico en Hungría
El monumental objeto es obra del fallecido orfebre Csaba Ozsvári. La Cruz Misionera contiene un compartimento con varias reliquias, como uno de los fragmentos de la Cruz de Cristo
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Una cruz con las reliquias de un total de 34 santos y beatos en su interior preside el 52º Congreso Eucarístico Internacional que se celebra en Hungría del 5 al 12 de septiembre. Se trata de la 'Cruz Misionera', que alcanza los tres metros de altura.
Tal y como recoge el sitio web del encuentro mundial, se trata de una cruz realizada a partir de madera de roble, recubierta de revestimientos de bronce. Este recubrimiento se encuentra decorado con ornamentos florales que evocan "los motivos utilizados por los orfebres de la época de la conquista de la Patria Húngara".
De hecho, la página de la organización del congreso explica que "con la aparición de las decoraciones con las hojas y con los zarcillos podemos apreciar el primitivo motivo húngaro del árbol de vida. Sin embargo, la representación del símbolo del pavo real ya presenta características del arte paleocristiano".
Sin embargo, la belleza de esta monumental cruz no es lo más destacable. Esta obra, fabricada por el orfebre Csaba Ozsvári, guarda en su interior un compartimento de plata donde se encuentra uno de los fragmentos de la Cruz de Cristo. Además, el enorme crucifijo contiene las reliquias de un total de 34 santos y beatos de orgien húngaro, entre los que se cuentan figuras como Santa Isabel de Hungría o San Martín.
Además, durante la visita que realizó en 2017 y durante su encuentro con los obispos, "el Papa Francisco bendijo la Cruz Misionera". Actualmente, la Cruz se encuentra en el Crucero del Norte de la Basílica de Esztergom.
Csaba Ozsvári, una vida dedicada a la vocación del arte sacro
Csaba Ozsvári falleció en 2009, dejando un gran legado de artesanía de carácter religioso. Y es que el orfebre fue el artífice de varias obras artísticas de carácter litúrgico o sacro, entre las que se encuentran un Misal para el cardenal Lázsló Paskai o un crucifijo que regaló a Benedicto XVI durante una audiencia general, poco antes de la muerte del artista.
Tras su muerte, producida de forma inesperada, la Conferencia Episcopal Católica de Hungría concedió a Ozsávi el premio "Pro Ecclesia Hungariae" de manera póstuma, en reconomiento a su labor artística al servicio de la Iglesia.