Carta del arzobispo de Barcelona: «Celebremos nuestros patrones»

En el día de san Jorge, el cardenal Omella invita a todos los fieles a orar a sus santos patrones para que hagan de esa tierra un lugar de paz, fraternidad y acogida

juanjoseomella

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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La tercera semana de Pascua nos lleva, en medio del gozo pascual, a la celebración de los dos patrones espirituales de Cataluña: hoy, 23 de abril, en el calendario de los santos se celebra la fiesta de san Jorge o sant Jordi, patrón secundario de Cataluña, que celebraremos litúrgicamente este lunes para no interrumpir los domingos del tiempo pascual. Y el próximo jueves, 27 de abril, celebraremos la fiesta de la Virgen de Montserrat, patrona principal de Cataluña.

El nombre de Jorge, viene del griego γεωργóς (georgós) y significa «trabajador de la tierra», pero eso no quiere decir que san Jorge lo fuera. Dice la tradición que era un soldado romano de Oriente que se convirtió al cristianismo y que murió mártir en las persecuciones del siglo III. Su sepulcro en la ciudad palestina de Lidda fue muy venerado en los primeros siglos del cristianismo. En Oriente era llamado el «megalomártir», el gran mártir.

Esta fama se extendió e hizo que muchos países le acogieran como su patrón. Por eso se fueron difundiendo unas tradiciones de gran fuerza popular que lo presentan como el caballero que vence al dragón, es decir, el mal, y así salva a la doncella, es decir, la virtud. Esta es una imagen muy sugestiva que nos recuerda, a cada uno de nosotros, la lucha entre el bien y el mal y nos invita a luchar contra todo lo que hace daño a las personas.

Los cristianos veneramos a san Jorge porque fue un cristiano convencido de su fe en Jesús, capaz de renunciar a todo, incluso a su vida, por ser fiel a Jesucristo y al Evangelio.

Catalunya ha sabido expresar con creatividad la estima al gran caballero y le dedica cada año una jornada muy bonita, en la que todo el mundo sale a la calle con ganas de encontrar nuevas lecturas y excusas para encontrarse. En medio del clima festivo y primaveral de las rosas y los libros, se honra la fe y la cultura, el humanismo y la trascendencia.

Caballerosamente, aquí en nuestra tierra, san Jorge cede la primacía a la Virgen de Montserrat, sobre todo desde el año 1881, cuando el papa León XIII declaró a la Virgen de Montserrat «patrona de todo el Principado de Cataluña». En 1914 se decidió que tuviera también fiesta propia el día 27 de abril. Nuestra Señora de Montserrat es la rosa de abril y la más bella flor de Pascua. El prefacio de la Eucaristía canta que «Ella es la esperanza de los fieles y el honor de nuestro pueblo». El papa san Juan Pablo II, en su visita al monasterio de Montserrat en 1982, afirmó: «Montserrat es un Magnificat de roca, una flecha indicadora de ulteriores escaladas». Los monjes y monjas de los monasterios de esta montaña hacen de Montserrat «un hogar de oración y de fe cristiana», como dice una oración litúrgica de la fiesta.

Queridos hermanos y hermanas, recemos para que nuestros santos patrones hagan de nuestra tierra un lugar de paz, fraternidad y acogida. Felicito a todos los catalanes, a todos los aragoneses y a aquellos que han acogido san Jorge como su patrón. Aprovechemos esta jornada festiva para promover la lectura y la amistad. Experimentemos el gozo de leer. Os invito a hacerlo con la obra más leída, editada y traducida a más lenguas de la historia: la Biblia, una obra con un mensaje precioso. Que la Virgen de Montserrat nos ilumine y nos guíe hacia el cielo.

† Juan José Omella Omella

Cardenal Arzobispo de Barcelona