Carta del arzobispo de Barcelona: «Santa Eulalia, "la bien hablada"»

Este domingo Juan José Omella dedica su carta a la primera patrona de Barcelona, quien se caracterizaba por su generosidad hacia los demás y su talante solidario

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Redacción digital

Madrid - Publicado el

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Este domingo es algo distinto a los habituales. Hoy, en las parroquias y centros de culto de nuestro país tiene lugar la colecta con motivo de la Jornada de Manos Unidas. Y, además, en la ciudad de Barcelona estamos de fiesta, ya que la celebración del día del Señor, domingo, coincide con la solemnidad de santa Eulalia, patrona de nuestra ciudad. Hoy, como cada 12 de febrero, la cripta de la Catedral de Barcelona será visitada por muchos fieles devotos de santa Eulalia, porque allí reposan sus restos.

Os podéis preguntar: ¿pero la patrona de Barcelona no es la Virgen de la Merced? Pues sí, pero lo es a partir del siglo XVII, ya que hasta esa fecha solo lo era santa Eulalia. Fue gracias a la intervención de la Virgen de la Merced, con motivo de una plaga, que la ciudad de Barcelona la acogió como copatrona conjuntamente con santa Eulalia. Por lo tanto, en Barcelona tenemos dos patronas.

La celebración de santa Eulalia tiene la categoría de «solemnidad», que es la más alta, por lo que pasa por delante de la celebración litúrgica del mismo domingo. Hoy, consecuentemente, las comunidades cristianas de nuestra ciudad –y no las del resto de la diócesis– celebran la Eucaristía con los textos de la misa de nuestra patrona.

La etimología griega del nombre de Eulalia –formado por el prefijo eu, es decir, bueno o buena, y por el verbo laleo, es decir, hablar–, ha dado a nuestra patrona el apodo de «la bien hablada». Hay muchas tradiciones populares sobre santa Eulalia, pero lo que nos ha quedado grabado es el terrible martirio que sufrió por no renunciar a su fe, cuando era solo una adolescente de trece años. En torno al año 304, a causa de las órdenes de persecución de los cristianos decretadas por el emperador Diocleciano, fue encarcelada, condenada y martirizada hasta la muerte.

Calles de algunos pueblos y ciudades de Cataluña rinden homenaje a esta santa. En Barcelona, por ejemplo, la calle de Santa Eulalia, que limita con L'Hospitalet de Llobregat y que justamente nos conduce a la parroquia de santa Eulàlia de Provençana. También en el centro de Barcelona, en el antiguo barrio judío, encontramos otro ejemplo, la baixada de Santa Eulàlia, donde la santa sufrió algunas de las terribles torturas.

Dicen que lo que caracterizaba a santa Eulalia era su gran generosidad hacia los demás y su talante solidario, especialmente hacia los pobres. Una actitud loable que nos llena de alegría y que también queremos resaltar especialmente hoy, en el contexto de una jornada solidaria como es la celebración de la campaña contra el hambre en el mundo, a favor de Manos Unidas. Una jornada para recordar la generosidad de nuestra patrona y la necesidad de colaborar en proyectos solidarios por un mundo mejor y más humano, que ayuden a frenar las desigualdades.

Queridos hermanos y hermanas, acabo con el texto de la oración de la misa de santa Eulalia que dice así: «Tú, Señor, que has querido que la sangre de los mártires fecundara las primeras semillas de la predicación evangélica sembradas en nuestra tierra, haz que, quienes hoy celebramos con alegría el martirio de la virgen santa Eulalia, nos gloriemos siempre de ser cristianos y perseveremos hasta la muerte firmes en la fe. Por nuestro Señor Jesucristo».

Ojalá seamos, como nuestra patrona, sembradores de la Buena Noticia de Jesús en nuestro entorno.

† Juan José Omella Omella

Cardenal arzobispo de Barcelona