Carta del obispo de Astorga: «Jornada Mundial de la Juventud. María se levantó y partió sin demora»

En su carta de esta semana Jesús Fernández explica los inicios de la JMJ, un encuentro que organizó por primera vez san Juan Pablo II y que este año se celebrará en Lisboa

jesusfernandezgonzalez

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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“Nos vamos a Lisboa”: con esta frase provocadora, la Delegación de Pastoral Juvenil y Universitaria de nuestra Diócesis invita a los jóvenes a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que tendrá lugar en la capital portuguesa del 31 de julio al 6 de agosto de este año. Nombrar la JMJ es nombrar un evento organizado por la Iglesia católica que convoca a los jóvenes de todo el mundo para alimentar y compartir la fe, vivir una experiencia fuerte de comunión con la Iglesia universal, y celebrar con alegría el encuentro con el Santo Padre el Papa.

El año 1984, el papa s. Juan Pablo II, citó en Roma a los jóvenes del mundo entero. El encuentro tuvo lugar el Domingo de Ramos, y participaron en él más de trescientos mil jóvenes. Además de muchos obispos, estaban presentes también personalidades como el Hno. Roger de Taizé y la M. Teresa de Calcuta. El éxito de la convocatoria animó al Papa a instituir oficialmente la JMJ, la primera de las cuales tuvo lugar en la misma ciudad romana el año 1986.

A partir de ese momento, las JMJ se han celebrado cada año en las distintas diócesis del mundo y, cada dos o tres años, en un lugar señalado por el Santo Padre. Todas ellas han sido multitudinarias, constituyendo un record la celebrada en Manila, capital de Filipinas, en el año 1995. En ella participaron entre cinco y siete millones de jóvenes.

La más significativa para los españoles ha sido la que presidió s. Juan Pablo II en el año 1989 en Santiago de Compostela, en la cual se cambió el formato, añadiendo los Días en las diócesis. Efectivamente, en los días previos a la Jornada, las distintas diócesis que peregrinan en la nación que visita el Santo Padre, acogen a los participantes y les ofrecen la oportunidad de conocer su tierra, sus gentes, sus costumbres; también comparten con ellos momentos de celebración de la fe, etc. Especialmente importante para nosotros ha sido también la celebrada en Madrid en el año 2011 y presidida por Benedicto XVI, el Papa que acaba de dejarnos.

Por su parte, el Papa Francisco ha convocado a los jóvenes de todo el mundo en Lisboa para el próximo verano. La cercanía a nuestra tierra nos hace concebir la esperanza de que participen en ella muchos jóvenes. Sin duda será un momento de gracia para ellos y para toda la Iglesia. Esa misma esperanza la suscita en nosotros la experiencia vivida a finales de julio y principios de agosto del año pasado, cuando más de treinta jóvenes de nuestra diócesis recorrieron el Camino de Santiago y vivieron en la Ciudad del Apóstol la Peregrinación Europea de Jóvenes junto a otros doce mil de distintos puntos del Viejo Continente.

Nuestra Iglesia particular sigue comprometida con los jóvenes. Confiamos en ellos y los acompañamos en estos tiempos tan complejos y difíciles que estamos atravesando. Queremos ayudarles a que se reconozcan de verdad en lo que son y en lo que están llamados a ser según el proyecto de Dios. Queremos mostrarles el camino de la amistad social y la solidaridad con los pobres y excluidos. Y deseamos, sobre todo, acercarlos a Jesucristo. Y, con el Papa Francisco, les recordamos que Cristo está vivo y, porque está vivo, podrá estar presente en sus vidas sin robarles nada, al contrario, llenándolos de luz y dejando atrás la soledad y el abandono (cf. CVi 125).

Concluyo agradeciendo de corazón el compromiso de los jóvenes que vienen respondiendo a las convocatorias de la Pastoral Juvenil y Universitaria. Agradezco también la colaboración de todos en la difusión y promoción de este evento tan significativo para nuestra juventud y la del mundo entero.

+ Jesús Fernández González

Obispo de Astorga