Carta del obispo de Ciudad Real: «Día de la Iglesia Diocesana»

Con el lema «Juntos lograremos una parroquia viva, apasionada por Jesucristo y entregada a los demás», esta jornada apela a nuestro sentido de pertenencia a la Iglesia

gerardomelgarviciosa

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Celebramos en este domingo, 6 de noviembre, el Día de la Iglesia Diocesana de este año 2022.

Juntos logramos una parroquia viva, apasionada por Jesucristo y entregada a los demás. Es este un lema cargado de contenido teológico y eclesial, es el lema con el que la Iglesia en España quiere celebrar el Día de la Iglesia Diocesana.

El Día de la Iglesia Diocesana es una celebración destinada a que los cristianos tomemos conciencia de nuestra pertenencia a ella, a través de la pertenencia a una diócesis y a una parroquia concreta y de cómo debe ser esa pertenencia.

El lema de este año quiere hacernos conscientes de la importancia que tiene el estilo que debemos desarrollar y con el que debemos pertenecer a nuestra diócesis y a nuestra parroquia.

Se trata de pertenecer a la Iglesia, a la diócesis y, más en concreto, a nuestra parroquia, con una pertenencia viva, es decir, de participación, de generosidad, de entrega de cada uno de los cristianos al servicio de lo que nuestra comunidad cristiana nos necesite, porque en la medida en que cada uno de nosotros pertenezcamos y formemos parte de esta Iglesia, de una manera viva, toda ella será una realidad viva.

Todos debemos sentirnos llamados por el Señor a tomar conciencia de nuestra identidad de miembros vivos de esta Iglesia y todos debemos sentirnos llamados a colaborar en la tarea evangelizadora que Cristo encomendó a la misma y que ella trata de hacer realidad a través de todos los siglos y en todas las partes.

Todos, como miembros vivos de esta diócesis y de esta parroquia, cada cual a la que pertenezca, debemos sentirnos corresponsables de la evangelización y de la fe de los demás, no solo de la nuestra, y todos debemos poner de nuestra parte todo lo que sea necesario para ser verdaderos agentes de evangelización.

A este respecto dice el papa Francisco que «todo bautizado, por el hecho de estar bautizado, debe ser un auténtico y verdadero agente de evangelización en el mundo que nos ha tocado vivir».

Solo cuando todos y cada uno de nosotros, los que formamos la parroquia, la comunidad cristiana, asumimos la responsabilidad que nos corresponde como evangelizadores en la familia, en el trabajo, en nuestra vida de cada día, solo entonces estaremos haciendo realidad este lema del presente año del Día de la Iglesia Diocesana: Juntos lograremos una parroquia viva, apasionada por Jesucristo y entregada a los demás.

La Iglesia, la diócesis y la parroquia, no son solo la comunidad donde venimos a recibir. Es necesario que también estemos dispuestos a dar lo mejor de nosotros mismos en favor de la comunidad entera.

La Iglesia, la diócesis, la parroquia, para que sean realmente vivas, es necesario que estén formadas por personas que, enamoradas de Cristo, su mensaje y conscientes de todo lo que de ella reciben, estén dispuestas a poner a su servicio medios materiales, cualidades, tiempo, saber y todo lo que tengan.

Para estar en esta disposición de dar lo mejor de nosotros mismos a favor de todos es necesario valorar lo que Cristo nos propone y estar verdaderamente apasionados por su persona, que es la fuente de donde brota nuestra generosidad y el desprendimiento en favor de todos. En definitiva, la fuente de nuestra fe y de nuestra vida cristiana.

Vivamos nuestra fe y nuestra relación de amistad con el Señor porque solo desde Él seremos verdaderos miembros vivos, capaces de entregarse a los demás y de ser una comunidad viva y una familia auténtica.

+ Gerardo Melgar Viciosa

Obispo de Ciudad Real