Carta del obispo de Coria-Cáceres: «Seminario: signo y apuesta»
El próximo día 19 de marzo, festividad de san José, se celebra el Día del Seminario, jornada a la que dedica su carta pastoral Jesús Pulido
Madrid - Publicado el
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Coincidiendo con la solemnidad de San José (que este año es el día 20 de marzo), celebramos el día del Seminario. Para nosotros se trata de una jornada muy importante. En estos momentos, el Seminario es una apuesta y un “signo” para nuestra diócesis de Coria-Cáceres, un signo de que el Señor no abandona nunca a su pueblo y sigue llamando trabajadores a su mies, y una apuesta porque no nos hemos quedado con los brazos caídos, sino que estamos caminando y trabajando en su viña.
Desde que llegué a la diócesis, hace ya un año, he prestado una atención especial a la parcela de la pastoral vocacional y de la formación de las vocaciones. Podrá cambiar mucho la Iglesia para evangelizar esta sociedad que nos ha tocado vivir, pero estoy convencido de que el ministerio y la vida de los sacerdotes entregada con radicalidad, su amor a Jesús en la eucaristía y su fraternidad seguirán siendo imprescindibles para que nuestras parroquias y comunidades se mantengan vivas y unidas, y sigan siendo significativas para el mundo actual.
Invito a todos a sumarse a esta apuesta diocesana y apoyar el Seminario en este día que le dedica la Iglesia española. Estamos en cuaresma; por eso, propongo a cada uno realizar tres acciones propiamente de este tiempo de preparación para la pascua: una oración, un ayuno y una limosna por el Seminario diocesano.
1. En primer lugar, una oración: rezar por las vocaciones. “La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies” (Mt 10,37s). Dos domingos al mes, a las 12 de la mañana, en el Seminario se celebra una eucaristía de puertas abiertas junto con amigos y familias, a la que están invitados todos los que lo quieran conocerlo y apoyarlo con su oración. Pero también vale un padrenuestro, un avemaría, un rosario entero… Me gustaría que en todas las misas dominicales de nuestras parroquias y comunidades en este fin de semana se incluyese una petición por las vocaciones sacerdotales, para que el Señor nos conceda muchos y santos sacerdotes. Si unimos todos nuestras intenciones, el Señor no nos negará lo que le pedimos juntos. No lo niega cuando dos o tres se reúnen en su nombre, cuanto más si nos ponemos todos de acuerdo. En realidad, ya nos lo ha concedido: los sacerdotes de nuestra diócesis son extraordinarios, pero necesitamos más.
2. En segundo lugar, el ayuno: hacer algún sacrificio, alguna privación voluntaria por las vocaciones de nuestra diócesis, ofreciéndolo para que el evangelio de la llamada del Señor llegue a todos los rincones. Si no se anuncia que Jesús llamó a sus discípulos, no se proclama el evangelio completo. Evangelizar también incluye “vocacionar”. El Señor sigue diciendo a algunos de entre nosotros: “Sígueme y serás pescador de hombres”.
Que nadie pueda decir: “A mí nunca me dijeron que podía ser sacerdote”. Todos conocemos a alguna persona en nuestras familias, en nuestros pueblos y ciudades que sería un buen sacerdote, pero quizás nadie se lo ha hecho notar. Ofrezcamos un sacrificio cuaresmal con esta intención.
3. Y, en tercer lugar, la limosna, apoyar también económicamente esta institución que es el corazón de nuestra diócesis. El Seminario es para el bien de todos, y todos podemos colaborar. Sean pocos o muchos los seminaristas, no se pueden escatimar recursos en el discernimiento y en la formación de la vocación de los futuros sacerdotes. El proceso es largo y personalizado… y no existen becas ni ayudas externas. Hay un grupo de personas comprometidas que forman la asociación de “Amigos del Seminario”. Aportan una pequeña cuota según las posibilidades de cada uno y, sobre todo, están cercanos a los seminaristas y reciben información periódica.
Durante este mes de marzo, los seminaristas y sus formadores visitarán muchas de nuestras parroquias y comunidades para que los conozcamos de cerca y para invitar a otros jóvenes a compartir su vida en el seguimiento de Jesús. Que los recibamos con las manos y con el corazón abiertos. Ellos se preparan para entregarse a servir a Dios en todos nosotros.
Este año la campaña del día del Seminario lleva por lema: “Levántate y ponte en camino”. Remite directamente al lema de la JMJ del próximo mes de agosto en Lisboa: “María se levantó y partió sin demora”. Y esto es la vocación: la fe que se activa en el amor, que nos pone en marcha sin demora hacia el Reino prometido. Jesús sigue invitando a muchos a salir de la postración del pecado o el desánimo y a ponerse en camino como discípulos misioneros suyos.
Con mi mejor bendición para todos,
+ Jesús Pulido Arriero
Obispo de Coria-Cáceres