Carta del obispo de Huesca y Jaca: «Deja tu huella, sé testigo»

Julián Ruiz Martorell reflexiona en su carta pastoral de esta semana sobre el sentido de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de las Vicaciones Nativas

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Queridos hermanos en el Señor:

Os deseo gracia y paz.

El IV Domingo de Pascua, contemplando a Jesús Resucitado como Buen Pastor, celebramos la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas. El objetivo es orar para dar gracias al Señor por la variedad de vocaciones con que enriquece a la Iglesia y suplicar para que haya respuestas generosas y alegres que dejen huella en la historia. La llamada y la respuesta se complementan con el don de la fidelidad.

El lema “Deja tu huella, sé testigo”, se inspira en las palabras que el Papa Francisco dirigió a los jóvenes en la Vigilia de Oración de la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia (30 julio 2016) al recordarles que hemos venido a este mundo a dejar huella: “Hoy Jesús, que es el camino, te llama a ti, a ti, a ti [señalaba a cada uno] a dejar tu huella en la historia. Él, que es la vida, te invita a dejar una huella que llene de vida tu historia y la de tantos otros”.

Aquel mismo día, el Santo Padre dijo a los sacerdotes, religiosas, religiosos, consagrados y seminaristas polacos que quien opta por configurar toda su existencia con Jesús “contento con el Señor, no se conforma con una vida mediocre, sino que tiene un deseo ardiente de ser testigo y de llegar a los otros; le gusta el riesgo y sale, no forzado por caminos ya trazados, sino abierto y fiel a las rutas indicadas por el Espíritu: contrario al "ir tirando", siente el gusto de evangelizar”.

El Papa afirmó que, frente a la tentación de quedarnos encerrados en nosotros mismos por comodidad o por miedo, “la dirección que Jesús indica es de sentido único: salir de nosotros mismos. Es un viaje sin billete de vuelta. Se trata de emprender un éxodo de nuestro yo, de perder la vida por él (cf. Mc 8,35), siguiendo el camino de la entrega de sí mismo. Por otro lado, a Jesús no le gustan los recorridos a mitad, las puertas entreabiertas, las vidas de doble vía. Pide ponerse en camino ligeros, salir renunciando a las propias seguridades, anclados únicamente en él”.

El preciso dejar una huella personal, una señal, un rastro, un vestigio, un camino trazado con esfuerzo y alegría.

La llamada del Señor “nos hace portadores de una promesa y, al mismo tiempo, nos pide la valentía de arriesgarnos con él y por él” (Papa Francisco, Mensaje para la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, 2019).

Recibid mi cordial saludo y mi bendición.

+ Julián Ruiz Martorell

Obispo de Huesca y Jaca