Carta del obispo de Lleida: «El misal»
Salvador Giménez Valls presenta la nueva edición del Misal y reflexiona sobre su significado
Madrid - Publicado el
3 min lectura
Aprovechando la publicación de la tercera edición del MISAL ROMANO en lengua catalana, que se ha distribuido entre las parroquias y centros de culto de todas las diócesis de Cataluña para que se utilice desde el I Domingo de Adviento, os invito a una reflexión sobre su significado.
Como todos sabéis, el misal es un libro que contiene el orden y el modo de celebrar la Misa. Lo llamamos romano porque es el libro que incluye los textos y las normas vigentes de la celebración según el rito romano latino. Este es el que siguen nuestras comunidades y que todos podéis ver el libro sobre del altar utilizado especialmente por el celebrante. El Concilio Vaticano II propició el uso de las distintas lenguas propias para las celebraciones. Hace muchos años que en nuestras diócesis el misal utilizado está en lengua catalana, directamente traducido del latín que durante muchos siglos es la lengua oficial de la Iglesia católica.
Como cualquier lengua evoluciona a lo largo del tiempo, parecía necesario revisar la traducción que se hizo al catalán después del Concilio, en los años setenta del pasado siglo. El trabajo de revisión comenzó el año 2000 a partir de la nueva edición del Missale Romanum. Se llevó a término por parte de un grupo de técnicos bajo la dirección de los Delegados Diocesanos de Liturgia que forman la Comisión Interdiocesana. Se pidió la opinión de otros especialistas y de los mismos obispos. Tras este trabajo inicial que duró varios años la Comisión presentó el resultado, con la incorporación de las enmiendas sugeridas, que fue aprobado por los obispos de la Tarraconense en julio del año 2018. Pasó el trámite de la Conferencia Episcopal que le dio su placet y se llevó a Roma, a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos que, con un decreto del pasado 22 de febrero, fue confirmada su aprobación.
El procedimiento para la revisión fue el siguiente: en primer lugar se lee el texto latino, después la traducción literal y, finalmente, la traducción catalana en uso. Después se compara el último texto con el original latino para comprobar su fidelidad al mismo, a la lengua en la que se vierte y a la buena comprensión de los destinatarios. Se pretende que el texto final tenga un vocabulario entendible y una sintaxis actual de modo que todos los fieles, no sólo los filólogos y los diversos expertos, puedan participar con gusto en las celebraciones.
El Misal es un gran volumen que suele estar siempre en la mesa del altar junto al leccionario (contiene las lecturas de la Palabra de Dios), situado en el ambón y, también, el libro de la sede con las distintas oraciones que completan el conjunto de la celebración de la Misa.
Hay algunas modificaciones, introducidas y aceptadas, que ayudan a conseguir un mejor provecho para quienes participan en la celebración con vocablos más ajustados y con referencias a los santos que han sido canonizados recientemente. Se han añadido los textos propios de algunas solemnidades de las diócesis de Cataluña así como los patronos de Valencia. En otras lenguas se ha proporcionado un volumen con un tamaño más pequeño para que estuviera en manos de cada uno de los asistentes. Son medios o posibilidades que permiten seguir con más soltura desde los bancos o los asientos lo que se celebra en el presbiterio con la única lectura por parte del celebrante.
Existen otros libros que se utilizan solamente para la administración de los sacramentos: bautismos, confirmaciones, confesiones, bodas y unción de enfermos. Reciben el nombre de rituales. También hay un libro para las exequias. Todos ellos complementan el misal que ahora se presenta a la comunidad cristiana.
+ Salvador Giménez Valls
Obispo de Lleida