Carta del obispo de Segorbe-Castellón: «La asignatura de Religión en la escuela»

Casimiro López enumera en su escrito semana los beneficios que aporta asistir a clase de Religión y que recuerda que su estudio es «un derecho y una responsabilidad como padres»

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La clase de religión en la escuela ha de ser ofrecida en todos los centros educativos y es opcional para los alumnos. Tiene su base en el derecho fundamental de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones religiosas, reconocido y garantizado por la Constitución. Esto vale no sólo para los católicos, sino también para los alumnos no católicos si las religiones o confesiones a que pertenecen así lo acuerdan con el Estado. La formación religiosa no es un añadido artificial a la formación humana, cultural y técnica, sino que es fundamental para lograr el pleno desarrollo de la personalidad de los alumnos, del que no se puede excluir la dimensión religiosa, connatural a toda persona.

La asignatura de Religión y Moral católica, en concreto, al proyectar luz sobre todas las áreas del pensamiento, da unidad a todo el desarrollo y maduración de la persona desde su libre adhesión a la Palabra de Dios. Además es fuente de valores como el respeto del otro, de los padres, de los mayores, de las cosas y de la creación. Esta asignatura ayuda también a dar sentido a la propia existencia y promueve el diálogo con la cultura y la convivencia entre las personas y los pueblos, basada en el reconocimiento de los derechos y deberes de la persona, en el respeto a las convicciones morales y religiosas del prójimo y en el servicio a la causa de la paz y de la justicia. La convivencia entre los hombres sólo se realiza si se basa en la verdad y en una correcta comprensión de la persona humana; a este fin contribuye esta asignatura al proponer una visión del ser humano acorde con su naturaleza y su dignidad inviolable.

Finalmente, la clase de Religión ayuda a conocer y comprender nuestra propia historia y cultura, que la llamada ‘cultura de la cancelación’ pretende hacer olvidar. Las fiestas religiosas y patronales, los templos y catedrales, el arte, la literatura y tantas otras expresiones culturales y sociales, presentes en nuestra vida cotidiana, no se pueden entender y valorar adecuadamente sin tener en cuenta sus raíces y contenidos cristianos. Quien no conoce su pasado, no entiende su presente ni puede proyectar su futuro.

Los alumnos de clase de Religión católica adquieren así en la escuela una formación académica complementaria a la educación en la fe cristiana, que reciben en la familia y en la Iglesia. Los tres ámbitos son necesarios pues tienen objetivos, contenidos y medios distintos; de ninguno de ellos se puede prescindir en el proceso de la formación integral del alumno. Dado el carácter opcional de la asignatura para los alumnos, son los padres quienes han de pedir expresamente la inscripción de sus hijos para esta asignatura. Es su derecho y su responsabilidad como padres.

+ Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón