Carta del obispo de Segorbe-Castellón: «Gracias por tanto»

En el Día de la Iglesia Diocesana, Casimiro López Llorente nos recuerda que cada comunidad parroquial es una cédula del gran cuerpo de la Iglesia diocesana

casimirolopezllorente

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Este domingo celebramos el Día de la Iglesia diocesana, una ocasión propicia para conocer algo más a nuestra Iglesia diocesana, para amarla y sentirla como nuestra propia gran familia. Nuestro Año Jubilar diocesano nos invita también a dar ‘gracias por tanto’, como dice el lema elegido para la jornada de este año.

Nuestra Iglesia diocesana o diócesis de Segorbe-Castellón no es un territorio o una estructura administrativa. Es una porción del Pueblo de Dios, de Iglesia universal extendida por todo el mundo. En la Iglesia diocesana se realiza, se hace presente y actúa la Iglesia de Jesús. La formamos todos los fieles católicos que vivimos en las 146 comunidades parroquiales que la integran. Cada comunidad parroquial es una cédula del gran cuerpo de la Iglesia diocesana, a la que ha estar vitalmente unida en su vida y en su misión para ser eclesial. La sirve, guía y ‘pastorea’ el Obispo, en nombre de Jesús, el Buen Pastor, con la cooperación de los sacerdotes. Todos juntos formamos esa gran familia de los hijos de Dios, que peregrina en Segorbe-Castellón. A todos nos corresponde participar responsablemente en su vida y misión evangelizadora.

En este día damos una vez más gracias a Dios por nuestra Iglesia diocesana y por tantos dones que de Él hemos recibido a lo largo de los casi ocho siglos de su existencia y que recibimos en el presente. Nuestra Diócesis es ante todo un don de Dios. Somos su pueblo, el pueblo que Dios se ha elegido para ser su morada entre los hombres; está vivificada y alentada por la acción del Espíritu Santo y se alimenta en la Palabra y los Sacramentos para ser lugar de la presencia eficaz del Señor resucitado y de su obra salvadora y sanadora entre nosotros y para todos. A través de nuestra Iglesia hemos recibido, entre otros: la fe en Jesucristo, la Palabra de Dios, la Eucaristía y los demás sacramentos, la educación en la fe, el perdón de los pecados, la ayuda material y espiritual en la necesidad, la llamada al compromiso en la sociedad y la esperanza en la vida eterna. Seamos agradecidos y amémosla de corazón porque es un don de Dios.

En esta Jornada queremos también dar gracias a Dios por la entrega y dedicación de tantos que colaboran y trabajan en la vida y misión de nuestra Iglesia diocesana. La inmensa mayoría lo hacen de forma voluntaria y totalmente gratuita: catequistas, lectores, cantores y acólitos en la liturgia, voluntarios de cáritas, visitadores de enfermos, miembros de los consejos y tantos otros. Su compromiso resulta decisivo, especialmente en momentos de tanta necesidad como el actual. Y gracias damos a tantos que con su colaboración económica ayudan al sostenimiento de la Iglesia y su misión.

+ Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón