Carta del obispo de Segorbe-Castellón: «Es Pentecostés»

En esta solemnidad con la que finaliza el tiempo de Pascua, la Iglesia celebra también el Día del Apostolado Seglar y de la Acción Católica

casimirolopezllorente

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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Poco antes de ascender al Cielo, Jesús dice a sus Apóstoles: “Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y hasta el confín de la tierra” (Hech 1,8). En la mañana de la fiesta jurdía de Pentecostés se cumple esta promesa de Jesús. Estando juntos los discípulos en una sala, vieron aparecer unas lenguas como llamaradas de fuego, que se posaron sobre cada uno de los presentes. Y “se llenaron todos de Espíritu Santo" (Hech 2, 4). Fortalecidos por el Espíritu, los Apóstoles superan el miedo y salen a anunciar por las calles de Jerusalén a Jesucristo, muerto y resucitado, para la vida del mundo.

Comienza así el tiempo de la Iglesia y de su misión de testimoniar a Jesucristo y de anunciar el Evangelio a todas las gentes Desde Pentecostés, nadie ni nada podrá frenar el ardor evangelizador de Pedro, del resto de los Apóstoles y de los discípulos. Lo que ellos han visto y oído, lo que han tocado y experimentado, lo anuncian a todos: Cristo Jesús es el Mesías y Salvador de la humanidad, ha muerto y ha resucitado para que todo el que crea en Él tenga Vida eterna. Es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres, contestan los Apóstoles cuando se les prohíbe anunciar a Jesucristo.

En la fiesta de Pentecostés celebramos el Día del Apostolado Seglar y de la Acción Católica, bajo el lema: “Juntos anunciamos lo que vivimos”. Todos los bautizados, en virtud del bautismo, estamos llamados por Jesús a ser sus testigos. El Espíritu Santo, que recibimos en plenitud en la confirmación, nos da la fuerza y nos impulsa a proclamar por doquier la buena Noticia de la salvación de Dios en Cristo. Cristo vive; fuera de Él no hay salvación ni futuro ni esperanza para la humanidad.

En el contexto actual caracterizado en muchos casos por el desconocimiento y la indiferencia hacia la persona de Jesús, estamos llamados, a nivel personal y comunitario, a anunciar el kerigma con lenguajes adecuados y, sobre todo, con nuestro testimonio. Es lo que llamamos el Primer anuncio: es decir, Jesucristo nos ama, ha dado la vida por todos y ha resucitado para que creyendo en Él tengamos Vida.

Jesús, antes de enviar a sus discípulos a la misión, los llama a estar con Él para conocerle, amarle y seguirle. Estamos llamados a dejarnos encontrar personalmente por Cristo Resucitado. Sólo transformados por Él y permaneciendo unidos a Él y a todos los que están unidos á Él -es decir, a su Iglesia-, podremos los cristianos de hoy salir juntos a sembrar la semilla de la Buena noticia de la alegría del Evangelio, dando testimonio de lo que hemos visto, oído y experimentado. Pentecostés nos llama a crecer en la fe, a implicarnos en la vida y en la misión evangelizadora de nuestra Iglesia.

+ Casimiro López Llorente

Obispo de Segorbe-Castellón