Carta pastoral del obispo de Segorbe-Castellón: La Virgen del Carmen, patrona de la gente del mar
Casimiro López reflexiona sobre la fiesta de la Virgen del Carmen que la Iglesia celebra cada 16 de julio
Madrid - Publicado el
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En unos días celebraremos la Fiesta de la Virgen del Carmen. La devoción a María bajo esta advocación está muy extendida entre nosotros, sobre todo en las parroquias del litoral. La gente del mar la honra como su Patrona.
El origen de la devoción a la Virgen del Carmen está en el monte Carmelo, que el profeta Elías convirtió en signo de la fidelidad de Dios y en lugar de encuentro entre Dios y su pueblo de Israel (1R 18,39). El profeta Elías se refugió en este monte ante la persecución de Jezabel; del mismo modo los ermitaños cristianos se refugiaron en sus grutas durante las cruzadas y formaron la familia religiosa del Carmelo. Recordando a María, la Orden del Carmelo se puso desde sus orígenes bajo su patrocinio e hizo del Monte Carmelo el signo del camino hacia Dios.
La tradición relaciona a María con la nubecilla divisada desde la cumbre del Carmelo cuando el profeta Elías suplicaba a Dios que pusiese fin a una larga sequía. Elías oraba a Dios por la lluvia y mandaba a su criado una y otra vez que subiera a la cumbre del monte para ver si aparecía alguna nube. La séptima vez le dice el criado: “Se divisa una nubecilla, pequeña como la palma de la mano de un hombre, la cual sube del mar... Y en brevísimo tiempo el cielo se cubrió de nubes con viento, y cayó una gran lluvia” (1 Re 18, 44). En esa nubecilla cargada de lluvia, se reconoció la figura de la Virgen. Porque María por ser la Madre de Dios, es como la nube que nos da al Salvador, fuente de vida y de esperanza que nos guía en el mar de la existencia.
María es la estrella que guía el rumbo por las difíciles aguas del mar de la vida, también para la gente del mar. Como los marineros de antaño leían la posición de las estrellas para navegar con rumbo en el mar, así los marineros de hoy invocan con mucha devoción a la Virgen del Carmen, la Stella maris, como su patrona que los guía hacia el puerto seguro y como protectora en la tempestad y en la dificultad.
En el día de su Patrona tenemos presentes a los pescadores y marineros, a sus familias, al personal de los puertos y a todos los que emprenden un viaje por mar. A todos los encomendamos a la Virgen del Carmen para que sientan en todo momento su protección! También recordamos al Director y a los voluntarios de nuestro Secretariado diocesano Stella maris y agradecemos su compromiso encomiable en favor de la gente del mar y sus familias. Quien acoge y vive el Evangelio de Jesús cuida y defiende la dignidad humana que con frecuencia está desprotegida en el mundo del mar. Nuestro Secretariado acoge y acompaña, lleva luz y esperanza a la gente del mar y ayuda a los marineros necesitados y a todas sus familias.
Casimiro López Llorente