Carta del obispo de Osma-Soria: «Levántate y ponte en camino»
Ante la cercanía de la celebración del Día del Seminaro, Abilio Martínez recuerda que la vocación presbiterial es una vocación de entrega y de servicio al prójimo
Madrid - Publicado el - Actualizado
4 min lectura
Este año celebramos el día del Seminario el 19 de marzo, IV domingo de Cuaresma o domingo de la alegría, llamado así por estar ya más cerca de las fiestas pascuales. El día del Seminario es siempre un momento de alegría para los cristianos, porque se trata del día de la fiesta de toda la diócesis: el Seminario se convierte así en el corazón de todos los diocesanos. En mis visitas a las parroquias de nuestra diócesis de Osma-Soria he podido comprobar el gran cariño y aprecio que sentís por los sacerdotes: personas entregadas a su labor y conscientes de ser los pastores que llevan al mismo Cristo hasta los más lejanos rincones de nuestras tierras sorianas. Ellos son los que además de acompañar, escuchar y atender, llevan la salvación misma que es la Eucaristía. Desde aquí mi agradecimiento a los sacerdotes de la diócesis que sois estímulo y ejemplo para muchos jóvenes.
“Levántate y ponte en camino” es el lema de este año para celebrar el día del Seminario. Se inspira en el lema escogido para la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa: “María se levantó y se puso en camino deprisa” (Lc 1,39). Lo que se busca es remarcar la necesidad de estar a la escucha y responder a la llamada que el Señor ha hecho a lo largo de la historia y sigue haciendo hoy en día. El Papa nos propone a la Virgen María como modelo a seguir: cuando alguien recibe una llamada de servicio a los demás, hay que responder a dicha llamada con prontitud. María acaba de recibir su vocación de Madre de Dios, pero esto no la hace quedarse encerrada en ella misma, sino que se pone en camino para ir a servir a su prima Isabel. Ésa debe ser la actitud del seminarista. Esa es la actitud de aquellas familias cristianas que tenéis un hijo que siente la llamada al sacerdocio. Es urgente, por tanto, favorecer la pastoral vocacional al presbiterado revitalizando la familia y la iniciación cristiana. Sin niños que se bauticen, hagan la comunión o se confirmen hoy, es complicado que haya futuros sacerdotes el día de mañana.
El Papa Benedicto XVI, en el mensaje para la 48ª Jornada mundial de oración por las vocaciones, nos decía que: “El Señor, al comienzo de su vida pública, llamó a algunos pescadores, entregados al trabajo a orillas del lago de Galilea: “Venid conmigo y os haré pescadores de hombres” (Mt 4, 19), los educó con la palabra y con la vida, para que estuviesen dispuestos a ser los continuadores de su obra de salvación y al final, les confió el memorial de su muerte y resurrección y, antes de ser elevado al cielo, los envió a todo el mundo con el mandato: «Id y haced discípulos de todos los pueblos» (Mt 28,19)”. Esto es precisamente lo que significa un Seminario: educar a aquellos jóvenes que han dicho sí a Jesús, se entregan para continuar la obra salvadora del Señor y responden a ese mandato evangélico del anuncio de la salvación.
No puedo dejar de agradecer a los bienhechores y a todas aquellas personas que colaboráis de una u otra manera con nuestro querido Seminario de El Burgo de Osma que alberga a los chicos que están estudiando la ESO y Bachillerato. Vuestro cariño, oración y aportación económica de hoy son esenciales para el crecimiento de nuestra Iglesia diocesana de mañana. Os animo a todos a potenciar nuestro Seminario Menor como lugar de formación humana y cristiana de calidad en un edificio y un entorno maravillosos. Demos a conocer la grandeza de nuestro Seminario: no solo por lo externo, sino por la calidad educativa en valores humanos y cristianos que desde ahí aportamos a la sociedad soriana.
En nuestra Diócesis de Osma-Soria tenemos la gracia de contar con cuatro Seminaristas mayores. Estos jóvenes han respondido a la llamada de Dios con generosidad y alegría. La vocación presbiteral es una vocación de entrega y de servicio al prójimo. Jesucristo sigue llamando a jóvenes dispuestos a salir de ellos mismos e ir hacia las necesidades de los demás, anunciando la Buena Nueva. Pero también es una “vocación en camino” hacia la santidad. La vocación no es algo cerrado, algo terminado, sino que se trata de un proceso que nos lleva hacia esa santidad a la que Dios nos llama a todos. Estos cuatro seminaristas mayores son sin duda un motivo de alegría para toda la Diócesis, porque han encontrado su vocación y saben por dónde tienen que ir para alcanzar esa felicidad eterna que Dios nos promete. Recemos para que ese camino que ya han emprendido les lleve al encuentro con Cristo y con el prójimo, que en definitiva, es la felicidad.
Queridos niños, adolescentes y jóvenes, os animo a imitar a María, y si escucháis la llamada de Dios al sacerdocio, levantaos y poneos en camino. La Virgen María os acompañará en este camino y será la Madre que os guie.
+ Abilio Martínez Varea
Obispo de Osma-Soria