Carta del obispo de Tarrasa: «La unidad»

En la Semana de Oración de los Cristianos, Salvador Cristau Coll nos recuerda que el deseo de Jesús es que todos seamos uno

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Este pasado miércoles día 18 de enero hemos iniciado un año más la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Cristianos de todas las confesiones nos unimos para orar juntos y pedir al Señor el don de la unidad. Esta práctica que empezó en enero de 1908 cerca de Nueva York, recibe oficialmente el nombre de Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos. Son ocho días, por tanto, de oraciones en las diversas iglesias y comunidades cristianas pero con la misma intención, que se haga realidad el deseo de Jesús expresado en su discurso de despedida antes de la pasión pero todavía no cumplido: «Que todos sean uno, como tú Padre, estás en mí y yo en ti» (Jn 17,20).

Éste es el deseo de Jesús, que todos, todos, sean uno, seamos uno. Pero no es sólo por una conveniencia que también vemos clara, es sobre todo porque Jesús, que es el Hijo de Dios, está unido a su Padre y nos quiere a nosotros unidos con ellos. Porque unidad es comunión y es esa "común unión" del Padre con el Hijo y de ellos dos con el Espíritu Santo, la común unión de la Trinidad, la que es el fundamento de nuestra oración especialmente estos días.

Sólo en la comunión entre nosotros y con Él encontraremos la paz, la seguridad, la alegría del corazón. De hecho para esto hemos sido creados, y por eso dijo también san Agustín: «Nos has creado para Ti, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti» (del libro de las Confesiones). Porque, ¿quién de nosotros, qué hombre o mujer, pequeño o mayor, no busca la paz, la alegría, la seguridad?

Pero existe todavía otra razón para nuestra oración y trabajo por la unidad. Y es lo que Jesús dice a continuación: «Para que el mundo crea que Tú me has enviado» (Jn 17,21). Es la necesidad y la urgencia de comunicar la Palabra, de transmitir el Evangelio, de que los hombres y mujeres de nuestro mundo crean en Él, y encuentren en Él su paz, su alegría, su realización como personas.

El lema del Octavario de este año es «Aprended a hacer el bien, buscad la justicia» (Is 1,17), y nos invita a trabajar por la unidad haciendo el bien, buscando la justicia, empezando por nosotros mismos, por ser constructores de paz y de unidad.

El Consejo de las Iglesias de Minnesota ha elegido este versículo como lema del Octavario y el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad y el Consejo Mundial de las Iglesias conjuntamente han asumido la propuesta, pero somos nosotros, nuestras comunidades, parroquias, grupos y movimientos los que debemos ponerlo en práctica.

Cuando los cristianos de todas las confesiones rezamos el Padrenuestro y decimos: «Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo», debemos creer que este deseo de Jesús, la unidad, es también la voluntad de Dios. Oremos, pues, para que se haga realidad.

+ Salvador Cristau Coll

Obispo de Tarrasa