La fuerza evangelizadora de la religiosidad popular

La fuerza evangelizadora de la religiosidad popular

Agencia SIC

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Mons. Carlos Escribano Desde hace algunas semanas el sonido de los bombos y tambores, que se oyen en la lejanía en las calles de Teruel fruto los ensayos de las Hermandades y las Cofradías, recuerdan a todos los vecinos la proximidad de la Semana Santa. Es el sonido de un anuncio en el que muchos se implican, especialmente jóvenes y niños, y que no puede quedar tan solo en una espléndida manifestación cultural, eclipsando su profundo sentido de fe.

Las Hermandades y Cofradías han contribuido decisivamente a conservar los valores religiosos de nuestra sociedad. También en las ciudades y pueblos de nuestra geografía diocesana. Si esto es cierto, su labor será más necesaria que nunca hoy, en una época de secularización y descristianización, de nuevo paganismo, de indiferencia, y de increencia ambiental y cultural. El Papa Francisco en la Evangelii Gaudium nos recuerda que "en la piedad popular, por ser fruto del Evangelio inculturado, subyace una fuerza activamente evangelizadora que no podemos menospreciar: sería desconocer la obra del Espíritu Santo. Más bien estamos llamados a alentarla y fortalecerla para profundizar el proceso de inculturación que es una realidad nunca acabada. Las expresiones de la piedad popular tienen mucho que enseñarnos y, para quien sabe leerlas, son un lugar teológico al que debemos prestar atención, particularmente a la hora de pensar la nueva evangelización"(nº 126).

Quiero, desde estas líneas, agradecer a los responsables de las distintas Cofradías y Hermandades extendidas por toda la diócesis de Teruel y Albarracín el trabajo que realizan, valorando mucho su esfuerzo y su deseo de servir a los demás. También me gustaría animar a los cofrades, hermanos y miembros de las mismas a redescubrir toda la fuerza que contiene su pertenencia a las Hermandades y Cofradías y su potencial evangelizador.

No sería deseable ceder a la tentación de quedarnos instalados en un nivel puramente estético o celebrativo o reducir la cuestión a un fenómeno meramente ancestral y cultural. Estos aspectos son importantes, pero a la vez hay que estar seriamente comprometidos con los problemas eclesiales y sociales de nuestros días. El nuestro es tiempo de misión. Y, en este sentido, resulta muy positiva la presencia y la vida de nuestras Hermandades y Cofradías. Quizá ellas, con su proceder sencillo y popular, están en condiciones inmejorables para vivir y ayudar a vivir la fe con naturalidad. Lo recordaba el Papa Benedicto XVI a las Cofradías italianas: "En la época de grandes cambios que estamos atravesando, la Iglesia ... os necesita también a vosotros, queridos amigos, para llevar el anuncio del Evangelio de la caridad a todos, recorriendo caminos antiguos y nuevos. Así pues, vuestras beneméritas cofradías, arraigadas en el sólido fundamento de la fe en Cristo, con la singular multiplicidad de carismas y la vitalidad eclesial que las distingue, han de seguir difundiendo el mensaje de la salvación en medio del pueblo, actuando en las múltiples fronteras de la nueva evangelización ". (A la Confederación de cofradías de las diócesis de Italia: 10.XI.2011).

Os animo queridos cofrades y hermanos, especialmente a los que tenéis especial relación con la Semana Santa, a vivir esta Cuaresma con perspectiva de fe, para que vuestra entrega, compromiso y fatigas se vean también recompensadas por un fortalecimiento de vuestra fe y crezca vuestro deseo de compartir el Evangelio con los demás.

+ Carlos Escribano Subías,

Obispo de Teruel y de Albarracín