El hospital que surgió gracias a los ahorros de una niña
El hospital Bambino Gesù, conocido como el “hospital del Papa”, la principal institución sanitaria pediátrica de Italia celebra su 150 aniversario
Roma - Publicado el - Actualizado
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Hacia el año 1869, tanto en Roma como en el resto de Italia, los niños enfermos no recibían una atención específica, sino que se les atendía en las inmensas mismas salas que a los adultos, en situaciones poco adecuadas de acuerdo a su edad y circunstancias.
Los duques Arabella y Scipione Salviati, que solían visitar los hospitales romanos para ayudar en lo que pudieran, al darse cuenta de esta situación, se propusieron crear un centro dedicado específicamente a los niños, sobre todo para los más pobres y necesitados. La idea entusiasmó a su hija pequeña, que el día del cumpleaños de su madre decidió romper su hucha y entregarle todo el dinero de sus ahorros para la puesta en marcha del hospital. Esta hucha rota se conserva hoy en día como historia viva del hospital.
El 19 de marzo de 1869, en una pequeña habitación de una casa que pertenecía a los duques, recibieron asistencia las dos primeras niñas de la historia de este hospital. Fueron atendidas por dos médicos y enfermeras Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul. El primer núcleo de lo que se llamó "Bambino Gesù" tuvo 12 camas y se encontraba en una pequeña calle cerca del Tíber, en el barrio Regola.
Desde el primer momento contó con la bendición y el aplaudo de los papas. En el archivo histórico del hospital se conserva un documento del Papa Pio IX en el que aparece escrito: "Dios bendiga el buen pensamiento, lo consolide y lo perfeccione".
En el año 1924 el hospital había crecido considerablemente y la familia Salviati decidió donar el hospital a la Santa Sede para garantizar a la institución un futuro estable. A partir de ese momento se convirtió en el Hospital del Papa. Previamente, en 1887, el hospital ya se había trasladado a la colina del Gianicolo.
Los pontífices se han sentido muy ligados a la historia del “Bambino Giesù”. El primero en visitarlo fue el Papa Juan XXIII en 1958. En 1978, el Papa Pablo VI les confió la atención de otras instalaciones, en el Palidoro, que en pocos años, se han convertido en un centro de asistencia médica quirúrgica de vanguardia.
En estos momentos el hospital Bambino Gesù, es centro de referencia pediátrica en Roma y en Europa, ingresa cada año a más de 27.000 niños y atiende nada menos que a un millón y medio de consultas en el ambulatorio.
Recibe a niños enfermos de familias necesitadas de todo el mundo, que o bien no tienen tratamiento en sus países o no pueden pagarlo. Acuden también muchos hijos de inmigrantes, que reciben curas gratuitas. El 13,5% de pacientes que pide asistencia al hospital son extranjeros. La mayoría procede de países pobres donde los padres no tienen medios para afrontar la enfermedad.
En 2012, el hospital completa su estructura actual con la creación de otro edificio cerca de la Basílica de San Pablo de Extramuros donde se encuentran los servicios ambulatorios y en 2014 se construye un laboratorio pionero en investigación genética.
Entre los próximos proyectos se estudia la expansión de las instalaciones en el Palidoro y también se abrirá un Centro de cuidados paliativos pediátricos en Via Aurelia y se iniciará la construcción de un centro para el tratamiento de tumores y trasplantes en Viale Villa Pamphilj.
Hoy en día el hospital es puntero en el tratamiento de enfermedades raras y oncológicas. Un equipo de 300 expertos investiga sobre autismo, mutación celular, inmunología y transplantología.
Pero lo que caracteriza de forma especial a este hospital es que los pequeños pacientes reciben un tratamiento único y especial para cada caso. La directora del centro hospitalario, Mariella Enoc, asegura en todas las entrevistas que: “Antes que nada los pacientes son personas, por eso en el centro ponemos a la persona, a la familia, a las relaciones... Nunca son un número o un niño al cual se conoce por su enfermedad. Aquí curamos a las personas y después a la enfermedad.”