Este es el monje que va a preparar al Papa Francisco y a la Curia Romana para vivir la Cuaresma
Francesco es prior de un monasterio en Florencia. Su itinerario para el papa y los cardenales es de oración y reflexión sobre "la comunidad y la ciudad"
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La Cuaresma es el tiempo litúrgico previo a la Semana Santa. La invitación a prepararse para vivir los Misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús es universal. Toda la Iglesia va a compartir esta vivencia de oración y penitencia, desde los fieles laicos hasta el propio Papa.
De hecho, el Santo Padre y la Curia Romana van a celebrar su propio retiro espiritual de Cuaresma. El responsable de introducir al Santo Padre y a los purpurados en este período es el P. Bernardo Francesco María Gianni. Este monje va a ser el responsable de ayudar a poner a punto las almas de las máximas autoridades de la Iglesia en esta Cuaresma.
El padre Bernardo es, a sus 51 años, el prior benedictino olivetano del monasterio de San Miniato en el Monte, en Florencia, Italia. Ha preparado unos ejercicios espuirituales especiales para Francisco y los cardenales en la localidad de Ariccia, en la zona de los suburbios de Roma.
Este retiro se va a prolongar del 10 al 15 de marzo. Va a ser una semana en la que el pontífice ha cancelado todas sus audiencias, incluída la catequesis del miércoles. Ese miércoles, además, se conmemora el sexto aniversario de su elección como Papa.
Así van a ser los ejercicios espirituales del Papa para preparar la Cuaresma
Desde el el domingo 10 de marzo hasta el viernes 15 de marzo la vida de Francisco y los miembros de la Curia va a reducirse a tres palabras: oración, meditación y adoración. Cada día va a comenzar con la celebración de la Santa Misa. Cada jornada va a incluir dos meditaciones, una por la mañana y otra por la tarde.
La excepeción es el viernes. Ese día sólo la tendrán por la mañana, porque regresarán al Vaticano por la tarde. La conclusión de cada jornada será con el rezo de las vísperas y con adoración al Santísimo.
El padre Bernardo explica en una entrevista a la revista italiana Famiglia Cristiana cómo afronta esta gran responsabilidad. "Ni siquiera me atrevo a pensar que pueda serle útil al Papa”, reflexiona. El religioso también se ha preparado para guiar al Papa por el "desierto" de la Cuaresma.
Desde la oración y el trabajo personales, ha optado por una temática “concreta”, una de las palabras que más gusta a Francisco. Ha optado por pensar estos días “partiendo de un hecho real vinculado a mi vida: el vínculo entre la ciudad y el monasterio”.
Un reto doble para un monje “sin calificaciones académicas”
El reto es doble: acompañar al Papa espiritualmente...y hacerlo desde la propia experiencia personal. Francesco espera lograrlo...con ayuda. “Este es un servicio que el Espíritu Santo tiene que hacer”, dice. La elección de esta temática ha sido a propósito, buscando cercanía con las enseñanzas del propio Francisco. “Creo que el Papa nos enseña la primacía de una mirada a la realidad y la ciudad como un lugar donde Dios vive”, explica.
Francesco es un hombre humilde. Cuando Francisco le llamó por teléfono, “le dije al Papa que no tenía calificaciones académicas”. A eso, el Santo Padre le contesto “que estaba bien”. Con esa confianza, ha investigado el tema de “la comunidad frente a la ciudad”. El portador de la aceptación, la escucha y el intercambio de características son algunos de los puntos en los que ese tema se va a tratar.
El monje va a trabajar con todas sus fuerzas esa semana. Además de las meditaciones y la poesía de Mario Luzi, lo que va a compartir en estos ejercicios es su propia experiencia de fe, que ha utilizado para revisar el itinerario que va a proponer a Francisco y los purpurados.
Su experiencia es la “de un hombre mediocre y sencillo que vivió el drama de la ausencia de Dios y la alegría del redescubrimiento”. Eso es lo que les espera al Papa y a los cardenales del 10 al 15 de marzo de 2019.