Pino Puglisi, el cura que “plantó cara” a la mafia

Es el primer sacerdote mártir por haber muerto a manos de la mafia siciliana

Pino Puglisi, el cura que “plantó cara” a la mafia

Eva Fernández Huéscar

Roma - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

El Papa Francisco viaja a Sicilia, concretamente a las diócesis de Piazza Armerina y de Palermo con motivo del 25 aniversario de la muerte del Beato Giuseppe “Pino” Puglisi, asesinado por la mafia. El mismo día en el que cumplía 56 años, el 15 de septiembre de 1993, don Pino aparcó su coche a la puerta de su domicilio y se acercó a la puerta de entrada. En ese momento alguien lo llamó, él se dio la vuelta, y le dispararon a bocajarro varios tiros en la nuca.

Se había convertido en “molesto” para el crimen organizado. En sus últimos años se dedicó a proteger a los niños de Palermo, que eran usados por la mafia para distribuir droga. Creó un hogar en el barrio Brancaccio de Palermo, donde él mismo nació y donde la mafia sigue imponiendo su ley no escrita a través de prácticas como la extorsión, el “pizzo”, una especie de impuesto ilegal obligatorio a cambio protección o la “omertá”, es decir, el silencio de la sociedad, incapaz de denunciar a nadie.

Hijo de un zapatero y de una costurera, ingresó al seminario diocesano de Palermo a los dieciséis años y a los veintitrés fue ordenado sacerdote. Cuando fue nombrado párroco de Godrano, un pequeño pueblo cerca de Palermo marcado también por la mafia, se dedicó a reconciliar a las familias víctimas de la violencia. En enero de 1993, inauguró el hogar para niños “Padre Nuestro” de Brancaccio, para rescatar a los menores de la mafia. Esto le enemistó directamente con las principales familias. Se negaba a aceptar donativos de procedencia dudosa y prohibió que los capos ocuparan puestos de honor en las fiestas patronales, tal como acostumbraban. Poco a poco consiguió sacar de la calle a muchos niños y jóvenes, que sin su ayuda hubieran terminado dentro de la mafia.

Tras varias amenazas de muerte, que don Pino no contó a nadie, decidieron ejecutarlo frente a su iglesia precisamente en el día de su cumpleaños. Él estaba preparado. Como era un sacerdote muy querido, la indignación de la población superó al miedo que solía proteger a los asesinos de la mafia y varios testigos denunciaron a los autores, que fueron detenidos.

El padre Puglisi fue beatificado el 25 de mayo de 2013 y su estola se conserva en la basílica de San Bartolomé de la Isla Tiberina de Roma, una iglesia convertida en memorial de los mártires de los siglos XX y XXI.

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