"San Jerónimo Penitente", de El Greco, expuesto en la catedral de Badajoz

"San Jerónimo Penitente", de El Greco, expuesto en la catedral de Badajoz

Agencia SIC

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El 31 de octubre, a las 19:30 horas, se presentaba en la catedral de Badajoz el cuadro "San Jerónimo Penitente", de El Greco, que ha quedado expuesto en la capilla de Santa Ana del templo catedralicio y que podrá visitarse de martes a sábado de 11:00 a 13:00 horas y de 17:00 a 19:00 horas.

l lienzo es propiedad de la

, que lo ha cedido en depósito al Arzobispado de Mérida-Badajoz para su exposición en el Museo de la Catedral Metropolitana de Badajoz, donde quedará expuesto una vez que finalicen las obras.

El cuadro pertenece a un corpus de obras de idéntica iconografía y composición, que representa a San Jerónimo, con el torso desnudo, en la actitud de penitente, en medio de un paisaje en donde tan solo se destaca una roca y el cielo.

Todas estas versiones provienen de un modelo único y presentan unas dimensiones parecidas. Las versiones conservadas en la National Gallery of Scotland (105 x 90 cm) y en la Real Academia de San Fernando (104 x 89 cm) son las de mejor calidad. La del Museo del Prado (91 x 90 cm) sería dependiente de la segunda y el lienzo de la Hispanic Society de Nueva York (80 x 65 cm) es claramente de inferior calidad.

La repetición del Museo del Prado está cortada en la parte baja. La depositada en la catedral de Badajoz, de dimensiones más reducidas (76,5 x 57 cm), es la completa y lleva a la derecha un papel con la firma del pintor.

La escena de San Jerónimo (325-420) está inspirada en el Hieronymianus de Giovani d?Andrea (Basilea 1516) y en la leyenda dorada de Santiago de la Vorágine. Estos nos transmiten la experiencia del santo como ermitaño en el desierto de Calcis (Siria) y las tensiones del alma en la soledad.

El pintor presenta la escena pero mostrando la continencia y la meditación de San Jerónimo, que resiste los rigores del tiempo y la abstinencia, contemplando la imagen de Cristo muerto en la cruz que aprieta en su mano izquierda, mientras con la derecha sostiene una piedra.

El fondo negro reproduce la gruta que le sirve de habitáculo. Una roca sirve de mesa al santo y sobre ella el reloj de arena y la calavera, símbolos inconfundibles de la brevedad de la vida y de la muerte. Entre ambos elementos la firma en un papel y el tintero que, junto con el libro monumental, explicitan su profunda erudición. El capelo cardenalicio está colgado y viste la túnica roja bajo la hiedra en lo alto: imagen perenne de la inmortalidad y la fe por aferrarse a la tierra.

(Archidiócesis de Mérida-Badajoz)