El Señor sale a nuestro encuentro en la fragilidad amorosa de la Eucaristía
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En la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, el Santo Padre recuerda en su cuenta oficial de Twitter, @Pontifex, que: "En la Eucaristía está todo el sabor de las palabras y de los gestos de Jesús, el gusto de su Pascua, la fragancia de su Espíritu".
n la Eucaristía está todo el sabor de las palabras y de los gestos de Jesús, el gusto de su Pascua, la fragancia de su Espíritu", lo recuerda el Papa Francisco en un tweet, en la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo.
Fiesta de la memoria
El tweet para este 31 de mayo, se inspira en la homilía que pronunció el Santo Padre en la Misa y Procesión Eucarística en la Solemnidad del Corpus Christi, celebrado el 18 de junio de 2017, en la Basílica de San Juan de Letrán. En dicha ocasión, el Papa Francisco recordaba que, una y otra vez aparece el tema de la memoria, celebrar el Cuerpo y Sangre de Cristo, es celebrar el sacramento de la memoria que nos recuerda, de manera real y tangible, la historia del amor de Dios por nosotros.
Recuerda el amor de Dios por nosotros
El recuerdo de las obras del Señor, afirma el Pontífice, ha hecho que el pueblo en el desierto caminase con más determinación; nuestra historia personal de salvación se funda en el recuerdo de lo que el Señor ha hecho por nosotros. Recordar es esencial para la fe, como el agua para una planta. "Recuerda ? señala el Santo Padre ? la memoria es importante, porque nos permite permanecer en el amor, re-cordar, es decir, llevar en el corazón, no olvidar que nos ama y que estamos llamados a amar".
Sin embargo esta facultad única, que el Señor nos ha dado ? el de recordar, precisa el Papa ? está hoy más bien debilitada. En el frenesí en el que estamos inmersos, son muchas personas y acontecimientos que parecen como si pasaran por nuestra vida sin dejar rastro. Se pasa página rápidamente, hambrientos de novedad, pero pobres de recuerdos. Así, eliminando los recuerdos y viviendo al instante, se corre el peligro de permanecer en lo superficial, en la moda del momento, sin ir al fondo, sin esa dimensión que nos recuerda quiénes somos y de dónde venimos. Entonces la vida exterior se fragmenta y la interior se vuelve inerte.
Eucaristía, fragilidad amorosa
El Cuerpo y la Sangre de Cristo, precisa el Papa Francisco, nos recuerda que, en la fragmentación de la vida, el Señor sale a nuestro encuentro con una fragilidad amorosa que es la Eucaristía. "En el Pan de vida ? agrega el Pontífice ? el Señor nos visita haciéndose alimento humilde que sana con amor nuestra memoria, enferma de frenesí. Porque la Eucaristía es el memorial del amor de Dios. Ahí "se celebra el memorial de su pasión", del amor de Dios por nosotros, que es nuestra fuerza, el apoyo para nuestro caminar".
Por eso, precisa el Obispo de Roma, nos hace tanto bien el memorial eucarístico: porque no es una memoria abstracta, fría o conceptual, sino la memoria viva y consoladora del amor de Dios. Memoria anamnética y mimética. "En la Eucaristía está todo el sabor de las palabras y de los gestos de Jesús, el gusto de su Pascua, la fragancia de su Espíritu. Recibiéndola, se imprime en nuestro corazón la certeza de ser amados por él".
Eucaristía, memoria agradecida
Así la Eucaristía, concluye el Papa Francisco, forma en nosotros una memoria agradecida, porque nos reconocemos hijos amados y saciados por el Padre; una memoria libre, porque el amor de Jesús, su perdón, sana las heridas del pasado y nos mitiga el recuerdo de las injusticias sufridas e infligidas; una memoria paciente, puntualiza el Pontífice, porque en medio de la adversidad sabemos que el Espíritu de Jesús permanece en nosotros. La Eucaristía nos anima: incluso en el camino más accidentado no estamos solos, el Señor no se olvida de nosotros y cada vez que vamos a él nos conforta con amor.
(Renato Martinez ? Ciudad del Vaticano, vaticannews.va)