"Tocar en el Vaticano te lleva a una nueva dimensión"

"Tocar en el Vaticano te lleva a una nueva dimensión"

Agencia SIC

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Cada miércoles, el papa Francisco celebra una audiencia general en la Basílica de San Pedro del Vaticano. El encargado de poner la música a esta celebración es Gianluca Libertucci (Roma, 1967), que tocará este jueves, 14 de diciembre, a las 20.00 horas en la Catedral de Málaga.

¿Se acostumbra uno a tocar en el Vaticano?

Son ya muchos los años que llevo tocando en San Pedro. Claramente, la emoción entendida como miedo o agitación se ha desvanecido, pero la emoción percibida como emoción o sorpresa, creo que nunca me abandonará. Cada vez me sumerjo en una nueva dimensión, siempre viva y siempre intensa.

¿Cómo se prepara en los minutos previos al concierto?

Antes de comenzar un concierto, personalmente no siento la necesidad de aislarme, de tener un momento de concentración solitaria. En cambio, prefiero entretenerme con los organizadores, hablar con alguien del público, confiar en las emociones y tensiones que desaparecen tan pronto como me siento al teclado.

¿Qué música le pondría al papa Francisco?

Recuerdo que al comienzo del pontificado, el papa Francisco contó cómo su familia, cuando era niño, lo llevaba a escuchar los conciertos, especialmente la presentación de las sinfonías de Beethoven. Por ello, sabemos que al Papa también le encanta la música clásica.

Viene a Málaga a dar un concierto en Adviento. ¿Cómo suena el Adviento?

El Adviento litúrgicamente es un tiempo fuerte, de preparación para la Navidad. Tocaré la música italiana del siglo XVIII, que se compuso en los mismos años en los que se construyó el órgano de la Catedral, que ofrece a los oyentes el ambiente de la gran fiesta que está por llegar: el Nacimiento de Jesús.

Es también un experto en restauración, mantenimiento y diseño de órganos. ¿Ha podido la tecnología moderna fabricar unos órganos que suenen como antiguos?

Los organistas de hoy están muy interesados en la música antigua, no solo española, sino también alemana, francesa e italiana. Gracias a los estudios filológicos de los últimos 30 años, los intérpretes de hoy saben muchas cosas, pero no todo, sobre la práctica de los últimos siglos. Es normal que le pidan a los constructores de órganos que reproduzcan copias de instrumentos antiguos. Personalmente, sin embargo, estoy convencido de que es mejor diseñar órganos que satisfagan las necesidades musicales, artísticas, expresivas y lingu?ísticas de nuestro tiempo. Afortunadamente, cada ciudad de Europa tiene numerosos y maravillosos órganos antiguos. Pienso en el de Venecia, que, está en proceso de restauración, y puede continuar viviendo a través de los siglos para recordarnos los sonidos antiguos.

Beatriz Lafuente — Diócesis de Málaga