El cauce en el que trabaja la localidad de Brozas en Cáceres para evitar el derribo de su cruz
Pese a que el símbolo sagrado no cuenta actualmente con ninguna placa o inscripción, la Diputación de Cáceres, gobernada por el PSOE, pide al Consistorio su retirada
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Brozas es un municipio de apena 1.800 habitantes censados y ubicado en la provincia de Cáceres. Como ya sucediera la pasada semana con Aguilar de la Frontera (Córdoba), este pueblo ha copado algunas portadas informativas por la posibilidad de que la cruz, situada en la céntrica plaza de Ovando de la localidad, sea derribada.
La diferencia es que en esta ocasión la alcaldesa socialista de Brozas, Milagrosa Hurtado, no ha decretado su destrucción como sí ocurriera en Aguilar, donde la regidora Carmen Flores (de IU) ordenó su derribo pese a la oposición vecinal y sin un debate previo.
El motivo por el que la Diputación de Cáceres pretende derribar la cruz
En Brozas, la excusa empleada por la Diputación de Cáceres (también del PSOE) para deshacerse del símbolo sagrado es que así lo establece la Ley de Memoria Histórica, ya que esgrimen que la cruz fue construida en la década de los años cuarenta como homenaje a los caídos en la Guerra Civil.
Una justificación que carece de argumento, teniendo en cuenta que desde hace tiempo la cruz no cuenta con ninguna inscripción o placa que haga pensar que se trata de un monumento viculado al Franquismo. Pero para la institución cacereña la retirada de la inscripción no es insuficiente, y subraya que haber borrado la inscripción original “no puede considerarse desvirtuada su naturaleza original”.
El Ayuntamiento tratará de impedir el derribo 'resignificando' el significado de la cruz
Sin embargo, tal y como han revelado fuentes del Ayuntamiento de Brozas, la intención del Equipo de Gobierno y de su regidora, Milagrosa Hurtado, es no tener que llegar a este punto de derribar la cruz, por lo que en el pleno del Consistorio se aprobó por mayoría absoluta la posibilidad de darle un nuevo significado a este símbolo habilitando una placa en sus proximidades para que sirva como homenaje a todas las personas que se hayan visto afectadas por la pandemia de covid-19, además de renombrar el símbolo, pasando de la 'Cruz de los caídos' a 'Plaza Nueva'.
“Con esta resignificación esperamos que los expertos de la Diputación de Cáceres lo reconsidere y podamos evitar su derribo”, precisan fuentes del Ayuntamiento a Aleluya, quienes recuerdan que los técnicos de Memoria Histórica abren la posibilidad de modificar el significado de los vestigios.
Desde el momento en el que la moción presentada por el PSOE en pleno fuese aprobada por el propio Grupo Socialista y el del PP (con la oposición de IU y Podemos, que pedía retirar directamente el monumento) la pelota está en el tejado de los técnicos de la Ley de Memoria Histórica de la Diputación cacereña, quienes han de responder si es factible esta posibilidad, o finalmente decretan la retirada de la cruz.
El Equipo de Gobierno ha informado también a Aleluya que, en caso de derribo, la cruz se trasladaría al cementerio municipal, por lo que no correría la misma suerte que la de Aguilar de la Frontera, donde la cruz destruida fue encontrada en un vertedero.