China prohíbe la transmisión de Misas y homilías de manera virtual sin autorización a partir del 1 de marzo
La comunidad cristiana del estado comunista recibe un nuevo varapalo después de que el Ministerio de Seguridad cercene aún más la libertad religiosa en el país
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Nuevo estocazo a la comunidad cristiana de China, después de que el Gobierno haya decretado la prohibición de la transmisión de Misas, homilías y educación religiosa de manera virtual sin la previa autorización de la administración a partir del 1 de marzo de 2022.
La medida, adoptada por el Ministerio de Seguridad, tienen como objetivo reprimir aún más la libertad religiosa en el gigante asiático. De esta manera, las iglesias u organizaciones religiosas podrán continuar ofreciendo estos servicios solo si logran obtener una licencia especial. Para ello, deberán presentar una solicitud al Departamento Provincial de Asuntos Religiosos. No obstante, está prohibido que una organización religiosa o individuo recaude fondos “en nombre de la religión” en Internet.
Además, toda la información religiosa en el sitio web de la organización o individuo “no debe incitar a la subversión del poder estatal, oponerse al liderazgo del Partido Comunista Chino, socavar el sistema socialista, la unidad nacional, ni la estabilidad social”. Tampoco debe “promover el extremismo, el terrorismo, el separatismo étnico y el fanatismo religioso”.
De igual modo, se prohíbe usar la comunicación por canales virtuales con los jóvenes para “inducir a los menores a hacerse religiosos”, ni tampoco “organizarlos u obligarlos a participar en actividades religiosas".
Ya el pasado 3 de diciembre, el presidente de China y líder del Partido Comunista, Xi Jinping, anunciaron su intención de mejorar el control “democrático” sobre las religiones, que en realidad significa endurecer la represión por parte del régimen.
El presidente Jinping subrayó que las religiones deben adaptarse al hecho de que China es un país socialista, lo que implica que los creyentes deben unirse al Partido y al Gobierno, y rechazar toda influencia extranjera. Por ello, se han impuesto prohibiciones a las celebraciones navideñas, que según el régimen serían una amenaza “occidental” para la cultura china.
Tanto es así que las llamadas celebraciones de “Noche de paz” (un término chino para referirse a la Nochebuena y al día de Navidad) es percibido por el régimen como una agresión contra la cultura china. Por ello, se llamó a los ciudadanos a denunciar ante la policía a las personas que realicen celebraciones navideñas.