La historia de la enferma terminal que se despidió de sus hijos pese a abandonarles gracias al hospital Laguna

El centro Laguna, perteneciente a la Fundación Vianorte-Laguna, trabaja cada día por un cuidado integral de personas que sufren enfermedades avanzadas

José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

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El centro Laguna, perteneciente a la Fundación Vianorte-Laguna y ubicado en la Comunidad de Madrid, trabaja cada día por un cuidado integral de personas que sufren enfermedades avanzadas, personas mayores y sus familias. En dos palabras, dedica su actividad a los cuidados paliativos en enfermos terminales. Por desgracia, en España tan solo el 40% de los pacientes que lo precisan reciben estos cuidados paliativos, por lo que en los centros hospitalarios sería necesario la contratación de, al menos, el doble de profesionales para atender al 60% restante.

Desde hace dos décadas, la enfermera y antropólóga Encarnación Pérez Bret, trabaja en este centro con los pacientes. En COPE.es, nos ha explicado la labor que desempeña Laguna: "Lo primero que hacemos es darles la bienvenida y que sientan que es parte de su hogar, no un hospital. Les preguntamos que es lo que más le molesta. En otras especialidades preguntamos por síntomas, pero aquí lo primero que pedimos es al paciente y a los familiares que expresen lo que más le molesta", detalla.

Y es que, tal y como ha explicado la propia enfermera, "yo puedo pensar que lo que más le preocupa es por ejemplo su problema respiratorio, pero quizás lo que más le angustie sea haber discutido con un familiar. Por ello nosotros buscamos restablecer la paz, ponerme en comunicación con ese familiar y que de esta manera el paciente no muera regañado si no quiere".

Otra peculiariedad es atender al paciente, pero también a la familia, y conocer cómo vive cada miembro este proceso, así como su implicación, "porque cuando fallece esa persona hacemos un seguimiento del duelo. Lo que nos importa en definitiva es lo que al paciente le preocupa. Por ello necesitamos un abordaje interdisciplinar, para dar solución a lo que necesite".

Cuando los pacientes ingresan en Laguna el miedo está muy presente. Una sensación que de manera progresiva se va aplacando, incluso en un periodo corto de tiempo: "Yo he visto cambios drásticos en dos o tres días. Llegan con mucha ansiedad, pero ya solo si nos sentamos a su lado y le damos confianza, expresan lo que necesitan sin límite de tiempo".

Experiencias con pacientes

"Recuerdo una señora que ingresó en Laguna. Procedía de Sudamérica, pero su esposo era africano. Ella estaba sola con su madre. Quería despedirse de sus hijos y de su esposo. Gracias al trabajo de distintas fundaciones para solventar el coste económico, pudieron traerse al esposo y a los hijos para despedirse de ella. Cuando llegaron estaban muy angustiados, por lo que el equipo psicosocial les tranquilizó para recibir a su madre de la mejor manera. A la madre también se le preparó para ese encuentro. Fue una gran felicidad para esa madre despedirse de ellos la semana antes de morir", recuerda Encarnación Pérez Bret.

A lo largo de casi veinte años, las experiencias impactantes se cuentan por cientos en Encarnación. Sin embargo, ha evocado una de ellas, que tuvo como protagonista a una madre que abandonó a su familia para "vivir su vida": "Tenía treinta años cuando abandonó a sus tres hijos y a su esposo. Ya con ochenta años, tras una enfermedad terminal, quiso pedirles perdón y nos pidió que les encontrásemos para encontrar su paz. Fue una gran labor poder contactar con ellos, Ella pudo pedirles perdón y murió con esa paz. Se pudo arrepentir gracias a esta oportunidad".