Los secretos que rodean Cinema Paradiso en su vuelta más emotiva a la cartelera

Tres décadas después podemos volver a ver en los cines la película más entrañable de Giuseppe Tornatore

Santiago Tedeschi Prades

Publicado el - Actualizado

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En estas semanas de vuelta a la normalidad también los cines están volviendo a abrir y para homenajear al Séptimo Arte en cartelera podemos encontrar, en 150 cines de todo el país, la película más entrañable de Giuseppe Tornatore, Cinema Paradiso, ganadora del Gran Premio del Jurado del Festival de Cannes, Oscar a la mejor película de habla no inglesa, Globos de Oro y varios premios BAFTA. 30 años después, la película es uno de los grandes clásicos del cine italiano, que reaparece una y otra vez en las listas de las películas mejor valoradas.

Además, a mitad de mes se anunció que su nostálgica banda sonora recibirá el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2020. Y es que su autor, Ennio Morricone, uno de los grandes creadores de bandas sonoras del siglo XX lo recibirá junto a John Williams.

La historia del Cinema Paradiso

La legendaria banda sonora de Ennio Morricone ha vuelto a hacer saltar más de una lágrima en la oscuridad de la sala mientras los fotogramas cuentan la historia de Salvatore Di Vita, un cineasta de éxito, que regresa a su pueblo natal para asistir al funeral de su viejo amigo Alfredo, el proyeccionista del cine en el que el realizador pasó su infancia siciliana. La película constituye un retrato sentimental de la Italia de la posguerra y una declaración de amor al cine. La historia tiene lugar en un pueblo siciliano llamado Giancaldo, un pueblo que no existe realmente pero que está hecho de varios pueblos. Giancaldo es una montaña con vistas a Bagheria, una pequeña ciudad con vistas al mar donde el director nació y creció.

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Las dos iglesias del Cinema Paradiso

Dos iglesias aparecen en la película: la de María Santissima Assunta, adornada con estucos y con el arte de Giuseppe Patania de Palermo, telón de fondo de la vida de los habitantes de Giancaldo: mujeres que preparan el gazpacho, el joven Totò que se sienta en las escaleras de la iglesia para reflexionar sobre los consejos que le da Alfredo; y la iglesia de María Santissima del Carmelo, la cual se utilizó para los interiores del cine, caracterizada por tener una sola nave y una majestuosa puerta de entrada.

Este Cinema Paradiso se encuentra entonces justo dentro de una iglesia: Tornatore al llamar al cine con ese nombre le fijó un destino sagrado junto a sus dos “habitantes” de la Iglesia, Padre Adelfio, párroco y censor de las películas y Totò, monaguillo y aspirante a proyeccionista.

Lo que más fascina de este lugar, cuya plaza ha servido de telón de fondo para toda la película con sus calles y edificios blancos, es el valor histórico del cual es el portavoz. Aquí los albaneses se refugiaron en los primeros años del ‘700 para escapar de la invasión turca, llevándose sus usos y costumbres, pero sobre todo su ritual religioso, el griego-albanés, que todavía convive con el latino.

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La nueva vida de Salvatore Cascio, Totò

La vida del joven actor de Totò, Salvatore Cascio, no corrió la misma suerte que la de su personaje. Giuseppe Tornatore quedó maravillado por el casting del pequeño Salvatore cuando al preguntarle que significaba el cine para él, el niño le respondió: “No sé… ¿Una tele muy grande?”. La fama del niño no continuó cuando se hizo mayor y a los 13 años decidió abandonar el trabajo de actor. “Después de Cinema Paradiso hice otras películas, incluida una ficción con Massimo Ranieri, pero ahora puedo decir que el cine no era mi sueño“, confesaba el siciliano en una entrevista de 2018 para el Silician Post.

A sus 40 años, el actor es un emprendedor y dirige varios negocios en Palermo, donde lleva una vida muy tranquila: “Soy un chico simple. Tengo mis valores, creo mucho en Dios, vivo una vida normal y no me arrepiento”.

Salvatore Cascio, en una entrevista con The Guardian hace unos años comentaba la película que le dio la fama, aunque fuera por pocos años de su vida: "Va sobre el poder de los sueños. En la película, vemos gente que va al cine para soñar: viendo grandes películas olvidan todos sus problemas. Convirtiéndose en un gran director, Totò consigue su sueño personal también. En el mundo de hoy, con esta crisis que estamos experimentando tanto en lo político como en lo social, la película nos recuerda que todos podemos, y debemos, seguir soñando".

Celebración de la nostalgia y de la magia del cine, Cinema Paradiso fue vista en su estreno en 1989 por más de 950 mil espectadores y ahora se puede ver de nuevo en la gran pantalla de la mano de la distribuidora A Contracorriente.

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