Una residencia gestionada por religiosas fue la primera recibir la vacuna de Pfizer en Teruel

España parce ver la luz al final del túnel después de que el pasado domingo comenzara la campaña de vacunación contra la covid-19. Como ha dicho en reiteradas ocasiones el ministro de Sanidad, Salvador Illa, estamos “en el inicio del fin de la pandemia”, si bien es cierto que este último tramo será largo, al menos hasta finales de verano, según ha remarcado el titular de esta cartera.

El domingo 27 de diciembre fue una jornada histórica, después de que las primeras vacunas se administrasen en las residencias de ancianos, colectivo especialmente castigado por el coronavirus, al igual que el de los cuidadores. Los nervios, la emoción y, por qué no decirlo, la incertidumbre, marcó el primer día de vacunación en todos estos centros. También en el hogar San José de Teruel, que se convirtió en la primera residencia gestionada por religiosas en la provincia donde se practicó la inmunización de la compañía Pfizer.

Este centro fue especialmente golpeado durante la primera ola de la pandemia, allá por el mes de marzo y abril, pero de alguna manera han logrado resarcirse siendo una de las primeras residencias en llegar la vacuna. Los dos primeros afortunados en el hogar San José fueron Ángel Loras, enfermero de 45 años que trabaja en la residencia, mientras que la primera residente se trataba de una mujer de 84 años, Concha Abascal. En este centro se vacunan un total de 94 ancianos y 24 trabajadores.

“Hay que vacunarse, es un paso para intentar entre todos paliar esta pandemia. Es responsabilidad de todos”, explicó Loras tras recibir el pinchazo. Gestionada por las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, lo cierto es que la jornada de domingo tampoco fue sencilla en la residencia, ya que si la primera inyección estaba prevista para las cinco de la tarde, tuvo que retrasarse por un problema con la temperatura de conservación.