El arzobispo de Valencia busca con empresarios y sindicatos soluciones a la crisis de la covid-19

22 agentes sociales, tres sindicatos y 19 federaciones de empresarios de distintos sectores han confirmado la asistencia a los dos días de trabajo

El arzobispo de Valencia busca con empresarios y sindicatos soluciones a la crisis de la covid-19

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El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha convocado, a través de la Comisión Diocesana de Lucha contra el Paro y la Dignidad del Empleo, a sindicatos y empresarios a dos días de trabajo para abordar retos y propuestas ante la crisis desatada por la pandemia.

Así, desde la citada comisión – creada ad hoc por el purpurado hace unos meses – se han convocado dos sesiones, ayer martes y hoy miércoles, por las que irán pasado las distintas organizaciones. Los trabajos estarán presididos por el cardenal Cañizares y por el obispo auxiliar, Arturo Ros, que es, además, el responsable de la Vicaría para el Laico y la Acción Caritativa y Social.

Entre los dos días han confirmado la asistencia 22 agentes sociales, tres sindicatos y 19 federaciones o asociaciones de empresarios de distintos sectores. Se abordarán los retos que afronta actualmente cada sector y cómo poder aunar fuerzas y sumar voluntades en torno a la recuperación, así como el papel que debe cumplir la Iglesia en la lucha contra el paro.

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El origen de la comisión

Fue el pasado 11 de mayo cuando el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, anunciaba la creación de una comisión para hacer frente al paro y promover el empleo digno.

"Estamos en una situación muy difícil, no solo por la pandemia de la covid-19, sino por las múltiples crisis derivadas de ella, entre las que destaca la gravísima crisis económica con unas cifras escalofriantes de destrucción de empresas pequeñas y negocios y la pérdida de miles de puestos de trabajo con todo lo que esto significa", reconocía entonces el purpurado.

Invitaba también a los fieles a reconocer a toda persona como un "sagrario vivo e inviolable, un portador de Cristo, que se identifica singularmente con los pobres". Esto es, continuaba, "los que pacen hambre o sed, los que no tiene techo bajo el que vivir, los desahuciados, los que carecen de vestido, los que están enfermos, son extranjeros o inmigrantes, los que están privados de libertad o han perdido su puesto de trabajo, los que viven en las esclavitudes antiguas o nuevas, están amenazados en sus vidas o son privados de ella vilmente con la persecución o el exilio, los que mueren perseguidos por su fe o en las pateras que surcan el mar buscando una situación mejor para sí mismos o sus familias".

Por ello, el arzobispo de Valencia les pedía hacer todo lo posible por ayudar a los que están en una situación delicada y exigir a las autoridades a gestionar bien la cosa pública, "de tal manera que a los trabajadores nadie les robe la dignidad del trabajo, que se cree riqueza por el mantenimiento de las empresas, y promuevan un rearme moral que está en la base para un cambio de situación tan grave como en la que estamos sumidos".