1700 aragoneses peregrinaron al Pilar con motivo del Año de la Fe
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El amor a la Virgen y la necesidad de profesar, celebrar y vivir la fe dentro de la comunión eclesial fueron las razones por las que más de 1700 personas peregrinaron a la catedral-basílica de Nuestra Señora del Pilar el pasado sábado 16 de noviembre. En encuentro fue promovido por los Obispos de las seis diócesis aragonesas con motivo del Año de la Fe, que comenzó el 11 de octubre de 2012 y culminará el próximo 24 de noviembre.
La jornada se organizó en torno a tres actos. Después de la recepción, brindada por el equipo de voluntarios en la Casa de la Iglesia, la Seo del Salvador fue el marco de la profesión de fe. Las palabras de acogida del arzobispo metropolitano de Zaragoza, Mons. Ureña, dieron paso al canto del himno del Año de la Fe. Tras él, Mons. Milián, Obispo de Barbastro-Monzón, recordó el valor de los mártires; Mons. Escribano, Obispo de Teruel-Albarracín, invitó a recuperar "con María, la alegría de la fe"; Mons. Ruíz, obispo de Huesca y de Jaca, señaló que la "puerta de la fe siempre está abierta"; por último, Mons. Hernández, Obispo de Tarazona, invitó a mirar a María, "la mujer que supo vivir la fe y transmitirla".
Tras la proclamación del Credo, los peregrinos se trasladaron al Pilar, donde a las 12 del mediodía comenzó la celebración del misterio de la fe: la sagrada eucaristía. Mons. Manuel Ureña, en su homilía, mostró cómo, pese a los intentos contemporáneos de aniquilar la fe, esta sigue siendo constitutiva de la persona humana, que en su trascendental apertura a Dios encuentra la salvación que se le da en Cristo.
Muchos de los peregrinos compartieron la comida en las dependencias de la Casa de la Iglesia, en la zaragozana plaza de La Seo. La jornada concluyó con un concierto en la catedral del Pilar. Cuerda, metal, órgano y voces, bajo la dirección del maestro Berdejo Marín, hicieron que la alegría fuera el signo definitivo de cómo la fe profesada y celebrada transforma la vida.