Aarón, miembro del equipo sinodal en una cárcel: “Todos nos habían dejado atrás, la Iglesia no"

Más de 20 prisiones han participado en el Sínodo, con más de 773 presos y presas y 171 voluntarios: Era muy gratificante saber que éramos escuchados"

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Sara de la Torre

Publicado el - Actualizado

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En uno de los momentos más difcíles de su vida, Aarón sintió que la Iglesia no le dejaba atrás. Dentro del centro penitenciario de Teixeiro se creó un grupo “en el que podíamos hablar, escucharnos y también compartir nuestra fe”. Fue el espacio que en la prisión donde se encontraba se creó para hablar y reflexionar sobre esta primera etapa sinodal.

Así lo ha explicado en un emocionante testimonio ante las más de 600 personas congregadas en la Fundación Pablo VI para celebrar la asamblea sinodal española.

Era muy gratificante y reconfortante darnos cuenta que nuestra opinión contaba y que éramos escuchados. Porque cuando todos nos habían dejado atrás, la sociedad, los amigos… nos dábamos cuenta de que la Iglesia no lo había hecho”.

Un oasis en medio del ruido

Dentro del caos de la cárcel “y del inmenso riudo que allí se vive” la fe se convertía en un oasis. “Cuando el capellán venía, siempre con una sonrisa tanto a celebrar la Eucaristía como a participar en el hgrupo de reflexión, reinaba la paz. Y había que por un momento, durante ese espacio, el ruido cesara”.

En nombre de todos sus compañeros, Aarón ha dado las gracias a la Iglesia “por brindarnos esa oportunidad de sentirnos escuchados, porque de esta manera sentíamos que nos podian perdonar a todos los que habíamos hecho tanto daño y nosotros perdonar también a los demás y a nosotros mismos”.

“Nunca pensé que iba a conocer al arzobispo de Santiago, Julián Barrio, que vino precisamente a recoger nuestras aportaciones al Sínodo. Nunca es tarde para abrazar a Dios”.

Sí se sienten Iglesia

Desde el departamento de Pastoral Penitenciria pesar de las dificultades “que la pandemia nos creó”, han participado 20 prisiones, la cuarta parte de las consultadas, 773 presos y presas y 171 voluntarios. Con este dossier «Sinodalidad desde la Pastoral Penitenciaria», se recogen los diez núcleos temáticos que ofrece la secretaría del Sínodo.

Unos núcleos temáticos adaptados a la realidad penitenciaria, donde preguntamos a los presos, “si se sienten Iglesia”, “si la Iglesia también los juzga, como la sociedad”, “si las celebraciones en la cárcel les dicen algo”, “si se sienten escuchados por la Iglesia” y otras preguntas cuyas respuestas conviene que tenga en cuenta la Iglesia. “Los presos también son sinodales”, concluyen.

Pedir a la sociedad

Aunque las peticiones han sido más numerosas a la Iglesia, “lo cierto es que por quien más se ven cuestionados los presos es por la propia sociedad en la que viven y en la que, en muchos casos, les ha enviado a prisión”. Especialmente porque, “aunque no participe en la Iglesia su vida puede seguir, pero en cambio sino encuentra un lugar en la sociedad, o no se le deja, su vida se complica mucho. Por eso entre las peticiones no se puede abstraer de pedir también a la sociedad”.