La aportación de la Iglesia española a la Asamblea del Sínodo: "No es un concepto abstracto, es una realidad"

"Pese a que el proceso se ha vivido con ilusión y esperanza, no han faltado actitudes de escepticismo, miedo e incluso rechazo"

sinodo

Faustino Catalina

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Luis Manuel Romero, secretario de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida y Dolores García Pi, presidenta del Foro de Laicos, han sido los encargados de presentar en Praga el documento elaborado con las aportaciones de las diócesis, la vida consagrada, los movimientos y las asociaciones laicales. Comenzaron recordando que el camino recorrido permite afirmar que la sinodalidad avanza en la iglesia española pasando de ser una teoría o un concepto abstracto a una realidad que favorece la comunión.

En su intervención transmitieron a los 200 participantes en la asamblea los aspectos positivos de esta convocatoria emprendida por el papa para ser una iglesia acogedora y para todos que se ha vivido con ilusión y esperanza aunque no han faltado actitudes de escepticismo, miedo e incluso rechazo.

Conciencia en todos los bautizados

“El proceso sinodal - añadieron - está ayudando a tomar conciencia de la dignidad común de todos los bautizados y la necesidad de revitalizarla, para crecer en corresponsabilidad y sentido de pertenencia a la Iglesia”. Porque todos estamos invitados a ser una iglesia en salida en el contexto de secularización que vivimos en Europa y en España por lo que se hace prioritario el primer anuncio del Evangelio. Al mismo tiempo se valoran otros temas como el ecumenismo y diálogo interreligioso, la religiosidad popular, la pastoral familiar y con los mayores y ancianos.

También dejaron constancia de algunas polarizaciones en el seno de la iglesia entre diversidad y unidad, tradición y renovación o la concepción de una iglesia piramidal o sinodal. Y entre los impedimentos para avanzar se apuntan las resistencias de algunos pastores y la pasividad de algunos laicos así como un fuerte clericalismo concebido como poder y no como servicio.

El documento presentado también advierte de las dificultades ante cuestiones que pueden causar escándalo o incomodidad como las situaciones de pobreza y exclusión social, las personas con discapacidad o con diversidad funcional, el mundo de la inmigración, las personas con diversas situaciones familiares, afectivas o sexuales, o aquellos que se alejaron de la Iglesia o que nunca formaron parte de ella. Se mencionan también otros temas como el escándalo de los abusos sexuales y la petición de llegar a una total transparencia; el papel de la mujer; la escasa participación de los jóvenes y la relación entre la liturgia y la vida.

Las propuestas españolas

1.- Potenciar la acogida en nuestras comunidades, particularmente a los bautizados que no participan activamente y a cuantos se sienten excluidos.

2.- Impulsar la corresponsabilidad, real y efectiva, del pueblo de Dios, superando el clericalismo y promoviendo los ministerios laicales.

3.- Reconocer definitivamente el papel de la mujer en la Iglesia y fomentar su participación, plena y en condiciones de igualdad desde la común dignidad bautismal.

4.- Favorecer el acompañamiento de los jóvenes, su integración y participación en las comunidades eclesiales como prioridad pastoral con procesos catequéticos con niños y adolescentes.

5.- Dinamizar la formación integral en las cuestiones fundamentales de nuestra fe: la doctrina social de la Iglesia, la moral y la propia sinodalidad.

6.- Fomentar el diálogo con el mundo y la cultura, con otras confesiones religiosas y con la increencia, mejorando la capacidad de escucha y la comunicación.

7.- Cuidar la liturgia a través de la formación, la actualización del lenguaje y una mayor comprensión de ritos y contenidos.

Temas relacionados