El arrepentimiento de 'Popeye', sicario del narcotraficante Pablo Escobar: "Dios ya me ha perdonado"

'Popeye', que llegó a asesinar a su pareja y a su mejor amigo, concedió una de sus últimas entrevistas el pasado mes de enero

El arrepentimiento de quien fue sicario del narcotraficante Pablo Escobar: "Dios ya me ha perdonado"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Jhon Jairo Velásquez Vásquez, más conocido como 'Popeye', fue el jefe de sicarios del narcotraficante y político colombiano Pablo Escobar. Durante más de una década, 'Popeye' estuvo a su servicio. Ha fallecido en la madrugada de este jueves en el Instituto Nacional de Cancerología de Bogotá (Colombia), donde se encontraba hospitalizado por un cáncer de esófago en estado avanzado, a la edad de 53 años.

Casi la mitad de su existencia los pasó entre rejas en Colombia como consecuencia de su actividad. En prisión pudo perder la vida, debido al clima de violencia que se vivía tanto dentro como fuera del país.

En una entrevista concedida al periodista colombiano Frank y publicada en Youtube el pasado mes de enero, y de la que se hizo eco COPE.es, se declaraba católico. Tanto es así que, pese a haber estado involucrado directa o indirectamente en más de 3.000 crímenes, cree que Dios ya le había perdonado: “Ya pedí perdón a Dios, porque es muy bueno y siempre perdona. Jesucristo siempre perdona. La Virgen le ayuda a uno porque interviene ante su hijo y ante Dios. Yo leí la sagrada biblia y si uno comete una ofensa contra el Espíritu Santo no hay perdón posible, y por eso soy devoto del Espíritu Santo. Si uno se arrepiente de corazón, Dios te perdona”, afirmaba.

Nada que ver su testimonio de esperanza y Fe con quien fuera uno de los terroristas más sanguinarios del planeta. Una actividad criminal que, como relató, tenía un único objetivo: satisfacer a su patrón, Pablo Escobar: “Maté y combatí en la guerra porque adoraba a Pablo Escobar. De hecho, hubo crímenes que ni siquiera le cobré. Mi satisfacción no era matar, sino que él estuviera contento. Yo era feliz, me gustaba la adrenalina, el dinero y andar con Pablo Escobar”.

'Popeye' llegó a ser muy poderoso, si bien aseguraba no haber amasado una gran fortuna, ya que nunca traficó con drogas, según revelaba: “Llegué a tener tres millones de euros en propiedades y otros dos millones en efectivo, pero no más porque era sicario, no narcotraficante. Tampoco consumía, porque aquello podía entorpecer mi actividad asesina. Además, si estoy drogado, no podría disfrutar de la vida y de la naturaleza”.

Reveló estar arrepentido de todo aquello, si bien es cierto que para ello precisó de tratamiento psicológico durante su etapa entre rejas: “Yo rechazaba cualquier tipo de ayuda. Me creí importante. Cuando acepté el tratamiento, me di cuenta de que tenía una mente enferma. Ser asesino no era algo normal. Al final, trabajé con mis antivalores para transformarlos en valores”.

Y es que, con anterioridad, 'Popeye' no sentía ningún tipo de conmoción por sus víctimas y sus familiares, bajo el pretexto de que los suyos también habían perdido la vida en la contienda: “El alma va cogiendo callo”, reconoce, y manifiesta que lo más duro fue el día que tuvo que asesinar a su propia pareja o a su mejor amigo: “Se aprovechaban de mí para que traicionara a mi patrón, a Pablo Escobar”.

Para concluir, 'Popeye' mandó un mensaje a los jóvenes de la actualidad, los más susceptibles de considerar a personajes como él o Pablo Escobar como héroes: “Tienen que jugar a ser James, Falcao, Nairo Quintana o Juanes. No es bueno ser como 'Popeye', porque quien comete crímenes, tiene tres caminos: la cárcel, el hospital o el cementerio”, sentenciaba.

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