Así trabaja la Comisión de Protección de Menores en la Iglesia en Navarra: "Acoger y escuchar"
La prioridad de esta comisión es generar un espacio de escucha, acogida incondicional, donde la víctima pueda contar con confianza su historia y expresar lo que necesita
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En la diócesis de Pamplona y Tudela, la Comisión de Protección de Menores y Personas vulnerables trabaja desde hace dos años a pleno ritmo. Un trabajo de "escucha y acogida", pero también generando proyecto a medio y largo plazo.
La Comisión de Protección de Menores y Personas vulnerables fue instituida en enero de 2020 por el Arzobispo de la Diócesis de Pamplona y Tudela. Esta Comisión para la Protección de Menores y Personas vulnerables sigue la línea trazada por el Papa Francisco en el Encuentro con los Presidentes de las Conferencias Episcopales y con lo aprobado por la Conferencia Episcopal Española en la reunión plenaria de noviembre 2019.
La prioridad de esta comisión es generar un espacio de escucha, acogida incondicional, donde la víctima pueda contar con confianza su historia y expresar lo que necesita. Los servicios van desde un espacio de escucha incondicional, apoyo terapéutico para hacer un camino de curación, asesoramiento jurídico en la denuncia, y otros aspectos, en el ámbito canónico y el civil, una valoración de apoyo social y el acompañamiento espiritual. Como se puede leer en su página web, esta comisión tiene como misión “promover una cultura de tolerancia cero y transparencia, mediante la creación de un sistema de espacios seguros, la puesta en marcha de una oficina de escucha y acompañamiento integral de las víctimas de abusos, menores o personas vulnerables, y la colaboración con las autoridades civiles”.
ECCLESIA ha hablado este miércoles con la directora de la Comisión, Maite Quintana, secretaria general de Cáritas Diocesana de Pamplona-Tudela, que ha querido explicar el trabajo que lleva haciendo la Comisión durante estos dos años: “Al principio nos constituimos, nos situamos, hicimos formación y empezamos a diseñar el proyecto. A partir de allí tuvimos que atender las denuncias que venían haciendo las víctimas de la Iglesia que fueron abusadas durante la infancia en colegios religiosos y en el colegio diocesano Nuestra Señora del Puy e hicimos un proceso de investigación que se hizo público y está publicado en un dossier”.
“A la vez se han ido atendiendo algunos otros casos y nuestro objetivo era funcionar como una comisión metropolitana. Estamos trabajando ahora con un proyecto de entornos seguros y creo que ahora mismo ese es el proyecto fundamental”, afirma Maite. La comisión en estos momentos está evidentemente volcada al servicio mínimo de atender a las víctimas, pero “estamos también generando proyectos de prevención e intervención a medio y largo plazo”.
El pilar fundamental de esta Comisión es “evidentemente la acogida y la escucha”: “La persona y la víctima viene antes de todo y jamás dar la sensación de que se dude una historia, si no que se le da total y absoluta credibilidad”.
Al mismo tiempo, esta Comisión está muy orientada a la sensibilización de la sociedad para "generar conciencia del problema y dentro de esta línea, a la formación de personas y equipos que trabajan con menores con el objetivo de detectar los abusos que puedan tener lugar en sus entornos". Esa formación se ofrece a monitores de tiempo libre, catequistas, sacerdotes, seminaristas y a todas las instituciones que trabajan habitualmente con menores.