Así vivieron los jesuitas el atentado al almirante Carrero Blanco: "Se produce una fuerte explosión"
Se cumplen 50 años del atentado en el que ETA asesinó al almirante Luis Carrero Blanco. No fue un día cualquiera para los jesuitas residentes en la Comunidad de Maldonado.
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Hoy se cumplen 50 años del atentado en el que ETA asesinó al almirante Luis Carrero Blanco. No fue un día cualquiera para los jesuitas residentes en la Comunidad de Maldonado. Y así lo registraron en su Historia Domus, el libro manuscrito en el que cada comunidad va narrando sus vivencias y anécdotas diarias con el afán de que se mantengan y no caigan en el olvido.
En la crónica de este y los sucesivos días se narran los detalles de este acontecimiento histórico. Aquel día, tras la explosión, deja escrito el narrador, que el Hermano ministro (Francisco Hellín SJ) llamó al 091 y al poco “acompañado por un guardia de la policía armada y por un policía secreto de la escolta del Presidente, sube a la azotea a ver lo sucedido”.
Varios medios de comunicación se hicieron eco de que la persona que dio la absolución a Carrero Blanco, a su escolta Juan Antonio Bueno Fernández y a su conductor, José Luis Pérez Mogena, fue el Padre Gómez Acebo. Esta Historia Domus, sin embargo, se lo atribuye a otro jesuita: “Acude el P. Jiménez Berzal a dar la absolución a los cadáveres que asoman por la portezuela delantera derecha. Son el Presidente, un policía de escolta y el conductor”.
El texto también expresa lo sucedido al comprobar que no fue un accidente: “Parece que no ha sido una explosión de gas. Los daños en la Casa Profesa son considerables en tejados, cornisas, cristales y ventanas. Las luces de situación y el intermitente izquierdo estaban encendidos, y el depósito de gasolina y la transmisión desprendidos”.
La casa, durante toda la jornada de aquel 20 de diciembre de 1973, permanece guardada por la policía y “a última hora de la tarde se da con la causa de la explosión, es una mina situada en el centro de la calzada, construida desde el sótano del 104 de Claudio Coello y que se hizo estallar desde la esquina de Diego de León por unos cables que aún se ven” narra la Historia Domus.
Se suspendieron todas las actividades apostólicas de aquel día, a excepción de los cultos en la iglesia. Todas las puertas se cerarron, menos el 1 A de Maldonado. Como el P. Superior (Wenceslao Sánchez Pérez SJ) estaba de ejercicios espirituales, delegó parte de sus funciones en el P. Javier Santiago, “aunque él sigue de cerca los acontecimientos”.
¿Cómo fueron los días posteriores? Al Padre Provincial se le lleva personalmente un extracto de lo ocurrido y “se le hace notar que la Casa ha sido vigilada durante los tres días precedentes con motivo de la visita de Kissinger a la Embajada de Estados Unidos”, que está justo enfrente de la iglesia jesuita. El 21 de diciembre se anunció en la prensa el autor del atentado, ETA.
Detalla el documento que el 22 de diciembre, con el atentado muy reciente, se celebró el funeral por el presidente, el escolta y el chófer en la Iglesia de San Francisco de Borja. Una ceremonia a la que acudió la familia y todo el gobierno, concelebrada por 25 sacerdotes, presidida por el párroco Padre Santiago y cantada por la Escolanía del colegio que existía en la casa. El día de Navidad nevó y hacía frío, seguía el coche aún en el mismo sitio y “se nota en el ambiente un día triste y cansado”, concluye esta crónica.
Fueron días extraños y movidos en la comunidad de la Casa Profesa donde vivían 44 jesuitas, que fueron testigos de un momento crucial en la historia de España.